Artículos
“Para nosotros el río es todo”: Aplicación de la Teoría Fundamentada para el relevamiento de saberes ambientales sobre el río Luján
Cita sugerida: Maravilla, J., Mengascini, A. y Nardelli,M. (2024). “Para nosotros el río es todo”: Aplicación de la Teoría Fundamentada para el relevamiento de saberes ambientales sobre el río Luján. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 14(1), e138. https://doi.org/10.24215/18537863e138
Resumen: Socializamos un ejemplo de aplicación de la metodología de la Teoría Fundamentada como herramienta para la construcción de teoría en el abordaje de la relación sociedad-naturaleza y los problemas asociados. Se realizaron entrevistas que luego se analizaron utilizando las etapas propuestas por esta metodología. Encontramos que las personas entrevistadas tienen una visión idealizada del río en tiempo pasado, y que la pesca es un ritual compartido que, junto con el paisaje en tanto elemento patrimonial, contribuyen en la construcción de la identidad. Destacamos la utilidad de esta metodología para la construcción de conocimientos transdisciplinares y la interpretación de fenómenos complejos en el marco de un abordaje exploratorio.
Palabras clave: Río, Sociedad-Naturaleza, Teoría Fundamentada, Saberes, Transdisciplina.
“The river is everything for us”: An application of Grounded Theory for surveying environmental knowledges about the Luján River
Abstract: This paper presents an example of applying Grounded Theory methodology as a tool for theory construction in exploring the relationship between society and nature and its associated issues. Interviews were conducted and analyzed through the stages outlined by that methodology. An idealized vision of the river in past times was observed among the interviewees. Fishing is identified as a shared ritual, and, when combined with the landscape as a heritage element, it contributes to the construction of identity. The authors highlight the utility of the Grounded Theory methodology in constructing transdisciplinary knowledge and interpreting complex phenomena within the context of an exploratory approach.
Keywords: River, Society-Nature, Grounded Theory, Knowledges, Transdiscipline.
"Para nós, o rio é tudo": aplicação da Teoria Fundamentada para o relevamento dos saberes ambientais sobre o rio Luján
Resumo: Apresentamos um exemplo de aplicação da metodologia da Teoria Fundamentada como ferramenta para a construção de teoria na abordagem da relação sociedade-natureza e problemas associados. Foram realizadas entrevistas e, em seguida, analisadas usando as etapas propostas por essa metodologia. Constatamos que as pessoas entrevistadas têm uma visão idealizada do rio no passado, uma vez que a pesca é um ritual compartilhado que, juntamente com a paisagem como elemento patrimonial, contribui para a construção da identidade. Salientamos a utilidade desta metodologia para a construção de conhecimentos transdisciplinares e a interpretação de fenômenos complexos no âmbito de uma abordagem exploratória.
Palavras-chave: Rio, Sociedade-Natureza, Teoria Fundamentada, Conhecimentos, Transdisciplina.
1. Introducción
Los ríos de llanura y sus humedales desempeñan una importante función en la relación sociedad-naturaleza en clave ecosistémica, económica, paisajística y de subsistencia. Sin embargo, algunas actividades humanas, enmarcadas en intereses económicos extractivistas, irrumpen modificando el ambiente a grandes escalas, generando escenarios de conflictos. Estudiar estos conflictos ambientales o la relación sociedad-naturaleza requiere de una mirada amplia, que dé cuenta de la complejidad inherente a las distintas dimensiones de la realidad a describir o explicar.
En este sentido, Edgar Morin (1990) propone una epistemología de la complejidad como crítica al pensamiento científico contemporáneo que “intenta leer la complejidad de lo real bajo la apariencia simple de los fenómenos” (Morin, 2004, p. 1). La complejidad “es el principio regulador que no pierde nunca de vista la realidad del tejido fenoménico en la cual estamos y que constituye nuestro mundo” (Morin, 1990, p. 146). Asimismo, constituye un meta punto de vista del mundo en el que “las cosas no son como son por ser cosas, sino por el modo como las interpretamos. (...) En lugar de ser un sistema cerrado de respuestas, indica y recoge conceptos sobre la heterogeneidad y las emergencias de las cosas” (Flores-González, 2008, p. 198).
Quienes redactamos este manuscrito venimos llevando adelante un Proyecto de investigación transdisciplinar que busca relevar saberes y cómo enuncian las problemáticas ambientales los sujetos que hacen uso de la cuenca del río Luján, en la ciudad homónima de la provincia de Buenos Aires, Argentina. Vale aclarar que por construcción de conocimientos transdisciplinar entendemos a la coordinación tanto de campos disciplinares como de saberes no-disciplinares, “provenientes de un campo de la práctica ubicado ‘más allá de las disciplinas’” (Berridy y Fernández Guillermet, 2021, p. 15).
Se trata de un estudio de carácter exploratorio en el que se pretende construir conocimientos a partir de los saberes, las percepciones, las vivencias y los sentires de quienes realizan actividades en el río y sus humedales, con el fin de poner en valor el bagaje biocultural de esta población. Aquí presentaremos algunos resultados preliminares de ese Proyecto, en el que trabajamos a partir de la Teoría Fundamentada (Glaser y Strauss, 1967), en tanto metodología válida para la construcción de conocimientos transdisciplinares en el marco de la puesta en valor de las voces y los saberes de la población, ya que propone construir teorías a partir de reconocer que los datos aportados por los sujetos ya portan conceptos y categorías.
La recuperación y puesta en valor de saberes y del universo simbólico da lugar no solo a procesos de valoración de la naturaleza (Leff, 2011), sino también a una mejor comprensión de las estrategias de subsistencia humana y la elaboración de políticas públicas para la sustentabilidad (Corona-M, 2011). De este modo, nos adentramos en el bagaje biocultural de un colectivo que hace un uso directo del río y que construye y comparte conocimientos territoriales arraigados en las condiciones ecológicas del desarrollo de sus prácticas (Leff, 2011).
Este marco nos posiciona dentro del paradigma interpretativo de la investigación cualitativa, ya que actuamos sobre contextos “reales”, en los que procuramos acceder a las estructuras de significados propias de esos contextos (Vasilachis, 1992). Es decir, nos interesan “las formas en las que el mundo social es interpretado, comprendido, experimentado y producido” (Vasilachis, 2006, p. 25). En este sentido, la metodología propuesta por la Teoría Fundamentada (TF) busca desarrollar explicaciones cada vez más abstractas a partir de los discursos, las acciones, las interpretaciones y los contextos sociales de los sujetos colaboradores en la investigación, produciendo datos específicos para completar, refinar y controlar las categorías conceptuales emergentes (Glaser y Strauss, 1967).
Este artículo tiene como objetivo aplicar la metodología de la TF en el marco de un estudio exploratorio de relevamiento y puesta en valor de saberes, percepciones, sentires y experiencias de sujetos que hacen uso del río Luján. A su vez, el manuscrito presenta otras cinco secciones por delante. En la que sigue (2), caracterizamos brevemente el contexto geográfico donde tuvo lugar la investigación; luego presentaremos algunos apuntes teóricos respecto de la metodología en cuestión (3); continuamos con los aspectos metodológicos (4) que posibilitan la construcción de la teoría en otra sección (5); y cerramos el artículo con unas reflexiones finales (6).
2. Contexto geográfico
La ciudad de Luján se encuentra en la Provincia de Buenos Aires, a 66 km aproximadamente de la Capital Federal. Según el último censo, realizado en 2022, posee una población de 111.365 habitantes. Se trata de una ciudad ribereña, asentándose en los márgenes del río no solo la cabecera del distrito, sino también las localidades de Jáuregui y Olivera. En las localidades de Luján y Olivera existen numerosas familias viviendo sobre los humedales del río en barrios y asentamientos con escasos servicios y derechos vulnerados. Estas familias han sufrido varias inundaciones entre 2014 y 2017, a causa de emprendimientos inmobiliarios aguas abajo (Pintos y Sgroi, 2012) y numerosos canales clandestinos que encauzan el agua de lluvia en el río aguas arriba.
El río en esta zona ha sabido ser una buena opción de turismo de naturaleza, no solo para visitantes, sino también para muchas/os lujanenses. Aún quedan en la memoria de pobladores locales mayores de 40 años recuerdos de momentos de antaño: de balneario público, de paseos en lancha o catamarán, de pesca y andanzas en botes (Hernández, 2022). En la actualidad, pocos/as lujanenses frecuentan la ribera, a pesar de que existen dos áreas protegidas que custodian su costa boscosa y la diversidad de su fauna. Sin embargo, pobladores de los barrios aledaños realizan distintas actividades a orillas del río, estableciendo variadas relaciones con este que dan cuenta de un amplio abanico de saberes.
El río Luján presenta distintos grados de contaminación y de modificación del ambiente, tanto en su cauce como en sus humedales. La importancia de los humedales, y de allí su conservación y estudio, se relaciona con diversos aspectos. Por un lado, albergan una gran biodiversidad, son hábitats de suma relevancia para especies migratorias de aves y cobijan a especies amenazadas; en algunos casos poseen una alta proporción de especies endémicas. Desempeñan un papel importante en el control de las inundaciones, ya que actúan como esponjas, absorbiendo el agua de lluvia y las crecientes de los ríos, y permitiendo que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación. La gran variedad de plantas, animales y minerales de los humedales son utilizados por los seres humanos para su alimentación, en la construcción, la obtención de combustible (leña) y/o plantas medicinales, entre otros. A su vez, son importantes en la mitigación del calentamiento global, siendo grandes sumideros de carbono (su destrucción libera gases de efecto invernadero). En cuanto a su vinculación con las sociedades desde un punto de vista más amplio, estos albergan y sostienen un rico y variopinto patrimonio biocultural, dando lugar a sitios para el desarrollo de actividades de subsistencia, recreativas y turísticas.
3. Apuntes sobre Teoría Fundamentada
Se trata de una metodología de recogida y análisis de datos que, empleando un conjunto de métodos de aplicación sistemática, genera una teoría de modo inductivo sobre un área sustantiva que es objeto de estudio (Glaser, 1992). Como señala Charmaz (2014), la TF es un proceso inductivo y reflexivo que implica la exploración detallada de los datos y la construcción de teorías emergentes a medida que se realiza el análisis. En este proceso, los datos son el foco principal y se utilizan para desarrollar categorías y conceptos que luego se combinan para formar una teoría sólida y fundamentada.
Su basamento epistemológico radica en la vinculación entre un sujeto que busca comprender su objeto de estudio mediante “las acciones y significaciones de los participantes de la investigación” (Charmaz, 2013, p. 272). Se resalta su potencia “por ser flexible, ya que se pueden combinar métodos cuantitativos y cualitativos, además de diferentes técnicas de investigación, cuyo análisis y contraste permiten la triangulación metódica” (Bonilla-García y López-Suárez, 2016, p. 307).
La TF se centra en la generación de teorías sustantivas y formales que están fundamentadas en los datos (Glaser y Strauss, 1967). Las teorías sustantivas se refieren a las teorías que explican patrones y relaciones entre los fenómenos específicos que se investigan. Las teorías formales, por otro lado, se refieren a las teorías que explican los patrones y relaciones en un nivel más abstracto y general. Estas teorías pueden aplicarse a diferentes contextos y fenómenos.
Retomando lo anterior, resulta interesante la utilización de la TF en estudios de carácter exploratorio debido a la capacidad de desarrollar teorías, conceptos e hipótesis en forma directa a partir de los datos y no de marcos teóricos ya establecidos con anticipación (Giraldo, 2011). De hecho, Glaser y Strauss, quienes describen por primera vez esta metodología (Glaser y Strauss, 1967), la han recomendado para explorar situaciones desconocidas (Strauss y Corbin, 1990; Glaser, 2001). Esto, a su vez, revaloriza la perspectiva de los sujetos colaboradores en cuanto a que se parte de reconocer que sus decires ya portan conceptos y categorías, a la vez de “contextualizar el cuidado y comprender mejor la experiencia subjetiva de las personas para proporcionar una atención holística y competente” (Lúquez y Fernández, 2016, p. 103).
La TF presenta tres herramientas que se van entreverando en la búsqueda de avanzar en la abstracción de las proposiciones y la formulación teórica: codificación, muestreo teórico y comparación constante (Glaser y Strauss, 1967). Por comparación constante se entiende al método que sugiere realizar las tareas de recolección, codificación y análisis de los datos, en forma simultánea con la construcción de teoría, desarrollando, de este modo, conceptos que resultan cada vez más plausibles (Strauss y Corbin, 1990). Por su parte, la codificación implica la identificación de patrones, conceptos y categorías en los datos recopilados. La codificación se divide en tres etapas: codificación abierta, codificación axial y codificación selectiva. La primera implica la identificación de conceptos y categorías en los datos sin imponer una estructura preconcebida. Puede ser explícita, cuando los conceptos se nombran a partir de los datos brutos, o implícita, cuando el concepto se infiere a partir de la interpretación del contexto. La codificación axial consta de la organización de los conceptos y las categorías identificadas en la codificación abierta en un sistema coherente. Según Strauss y Corbin (1990), la codificación axial “implica la identificación de las categorías centrales, la especificación de sus propiedades y dimensiones y la relación de estas categorías entre sí” (p. 94). En la tercera etapa ocurre la “integración de las categorías que emergen de los datos en una teoría” (Glaser y Strauss, 1967, p. 61). Por último, el muestreo teórico alude a que los datos se seleccionan para su análisis en virtud de su relevancia para la teoría que se está desarrollando.
4. Aspectos metodológicos
Para el cumplir con el objetivo realizamos entrevistas semiestructuradas entre los meses de mayo y noviembre de 2022, utilizando dos vías para entrar en contacto con las personas a entrevistar: 1) caminando en los márgenes del río o recorriendo las manzanas próximas en barrios que lindan con él, invitando a quienes encontrábamos a participar; o 2) contactando vía WhatsApp a personas que sabíamos que hacen uso del río. Las preguntas rondaron en torno al uso que las personas hacen del río, la relación con el ambiente y con la fauna, problemáticas y conflictos que reconocen del ecosistema y anécdotas como modo de habilitar vivencias y sentires, además de indagar de dónde provienen sus saberes. Todas las entrevistas fueron realizadas por dos investigadores que, previo a cada caminata, acordaron los lineamientos para la indagación, dando lugar a un guion de entrevista flexible que varió en cada salida al campo.
Realizamos un total de once entrevistas en la zona del río correspondiente al partido de Luján, Provincia de Buenos Aires (Argentina). Salvo una, que se realizó por videollamada, todas las demás se realizaron a pocos metros del río. En cada salida a campo entrevistamos a personas que se encontraban caminando de paso, pescando, paseando o descansando. La videollamada fue realizada a una remera y pescadora habitual del río. En tal sentido, se trató de un muestreo intencionado, ya que la condición para ser entrevistado/a era encontrarse realizando una actividad en relación con el río o realizarla habitualmente. Vale aclarar que utilizaremos pseudónimos para referirnos a las personas entrevistadas en la presentación de resultados y el análisis.
Todas las entrevistas fueron registradas con grabadora de voz y desgrabadas luego con la ayuda de la aplicación gratuita de Google, Pinpoint. Además, registramos el contexto en el cual realizamos las entrevistas y aquellos gestos o acciones que escapan al registro de audio. Luego de cada salida, realizamos la lectura y relectura de las entrevistas para una primera codificación con etiquetas y el avance en las otras etapas del proceso (comparación constante), dando lugar a la necesidad de profundizar en algunos aspectos en entrevistas subsiguientes, así como el surgimiento de nuevos interrogantes (muestreo teórico); tal es el caso de la indagación respecto de qué esperan del río y qué les significa. Este procesamiento de las entrevistas luego de cada salida posibilitó determinar con cierta precisión el momento de saturación teórica para dar por finalizado el muestreo. Esto es, no haber hallado datos nuevos para el desarrollo de las categorías y conceptos emergentes.
Trabajamos con un total de 16 etiquetas (conceptos y categorías). La codificación abierta comprendió la primera fase del proceso de codificación y se centró en la exploración de los datos recopilados. En esta etapa, los datos fueron analizados cuidadosamente (leídos y releídos por dos investigadores) en busca de patrones, temas y conceptos emergentes, teniendo como objetivo identificar y etiquetar cada segmento de datos con un código que resumiera su significado. Esta codificación se realizó de manera explícita tomando una palabra representativa de una frase. Por ejemplo, en el caso de la etiqueta “Contaminación”, expresa frases como “me parece que está demasiado contaminado”, “Ahora ya no hay nada… Está contaminado el río”; o con la etiqueta “Animales acuáticos”, resumiendo frases como “Nutria también por allá, por el puente [el de Autopista] con pichoncitos”, “Hay tortugas grandes. Es la primera vez que veo una tortuga tan grande”. También realizamos codificación implícita, por ejemplo, con “Representaciones del río” etiquetamos ideas como “el río es relax”, “cosas así eran re lindas”, “no está nada bueno el río”.
En una segunda fase del proceso de codificación, la denominada axial, se agruparon en categorías temáticas más amplias los códigos generados anteriormente. Así, agrupamos esas 16 etiquetas en 3 familias de categorías: Río, Fauna y Sujetos (Tabla 1). Las relaciones que propone identificar este momento se realizaron tanto entre familias de categorías, como entre los conceptos y categorías que las forman. Cada relación encontrada se dejó explicitada a modo de proposición simple utilizando algunos conectores (ejemplo: Representación del río se asocia con El antes y después, Pesca es causa de Saberes territoriales). Estas proposiciones, a su vez, permitieron establecer conexiones entre datos. Esto conlleva a un análisis más detallado de los datos, más profundo y estructurado. Habiéndose terminado de esquematizar el mapa de relaciones, resultó, de acuerdo a lo esperado, que la categoría central es “Río” por presentar mayor cantidad de relaciones con otras, así como “Usos del río”, la subcategoría que con más conexiones. Vale aclarar que algunas de las 16 categorías iniciales no fueron empleadas en el proceso de construcción de teoría por no establecer relaciones con otras (ejemplo: Animales acuáticos).
La sección que sigue muestra los resultados de la etapa de codificación selectiva.
5. Construcción de teoría
En este apartado desarrollaremos distintos aspectos de las categorías emergentes que hemos construido. El relato tendrá como eje los distintos usos del río que mencionaron las personas entrevistadas. Estos usos son: bañarse, pesca, ocio y navegación. Estos estarán en relación con algunas representaciones y valoraciones respecto del río.
Un factor común en varias entrevistas está asociado al uso del río “como una pileta”, “como si fuese Mar del Plata [ciudad balnearia turística tradicional de la costa Bonaerense]”, pero ligado a un antes, porque ahora prefieren no bañarse en sus aguas a causa de que perciben mayor contaminación y/o más olor, porque reconocen a esa práctica como peligrosa, o porque es un pasatiempo propio de la niñez. Ese antes responde a distintas temporalidades según el momento de la vida que cada uno rememora. Es decir, ese antes del río puede hacer referencia a 5, 10 o 30 años atrás.
El antes también surge en cuanto a la práctica de la pesca: “antes se pescaba más”. Sin embargo, se sigue manteniendo el hábito de ir a pescar, pescar para comer, pescar como pasatiempo, pesca y devolución. Tati, una vecina que vive frente al río, habla de pescar para sobrevivir, así como un pescador, Paco, nos expresó que prefiere pescar a comprar. Tati también nos cuenta que su padre sabe cuándo se puede comer lo que se pesca. Manifiesta que él abre el pescado y que por el olor “se da cuenta”, ya que, si presenta “olor fuerte”, prefiere no comerlos.
Detectamos algunas valoraciones negativas del río, contrastando con ese antes en donde “estaba más lindo” y la gente se bañaba más. Ahora “no es lindo de ver”, “no es un lugar para estar”, destacan la presencia de residuos, “mugre”, colores que no corresponderían al habitual de río, peces muertos. Por otro lado, varios/as hacen mención al olor a cloacas que emana del río; y que “te deja olor el río, antes no”.
Aparece en distintos relatos la evocación de un antes idealizado para hablar de un mejor estado del río, más limpio, más apto para su uso o como recuerdo de un tiempo de niñez o adolescencia en el que ciertos usos del río estaban permitidos por la edad. Ese pasado se enuncia de un modo romántico, por sus palabras y sus gestos, casi como un ideal de lo que esperan del río. Estas evocaciones dan cuenta, además, de rituales compartidos, como la pesca, que atraviesa casi todas las entrevistas, porque se pesca, porque no, porque se recuerda cuando se pescaba, porque antes se pescaba más, porque se pesca para comer o porque se pesca como pasatiempo.
Volviendo a las valoraciones negativas, relacionan rápidamente la presencia de residuos, la mortandad y la poca presencia de peces, los colores y los olores, con fenómenos de contaminación. Hacen mención de vertidos de fábricas, aunque desconocen qué fábricas, qué vierten o dónde están; y de desechos domésticos, como los cloacales y la basura que tiran sus propios vecinos/as. Esta, además, sería la causa de que se pesque poco y que “lo que se pesca no se puede comer”. Antes, expresa un grupo de jóvenes de un barrio aledaño, podían comer tranquilos lo que sacaban del río, ahora no. También manifiestan que ya no pescan, recordando que la última vez fue hace más o menos 10 años.
Vale destacar que, en relación a los fenómenos de contaminación, algunas de las personas entrevistadas hablan de un desinterés general por el río, tanto de sus propios vecinos/as, ya que “no cuidan”, como de quienes ocupan cargos políticos, que “no hacen nada” por mejorar las condiciones del ecosistema. Este escepticismo respecto del papel de las instituciones gubernamentales en la solución del problema se halló también en una investigación basada en encuestas a habitantes de la cuenca del río Tlapaneco, México. En ese trabajo, los/las residentes del lugar coincidieron, en su mayoría, en que el agua del río “no es limpia”, y que la contaminación, producto principalmente de la descarga de aguas residuales, ha causado la disminución de aves y peces (Bustamante-González, Galindo-De Jesús, Jaramillo-Villanueva y Vargas-López, 2016).
Paco y su padre también muestran su descontento con el estado del río yendo un poco más allá, asociándolo a que la ciudad toda “está muy ‘dejada’”, manifestando, además, que no hay lugar para estar a la orilla del río y pescar. La “mugre” del río sería la causa de que haya pocos peces y que dentro de 5 años “no va a haber más nada porque va todo de mal en peor”. Sin embargo, también manifiestan que los peces se alimentan de los desechos orgánicos que se vierten al río y por tal motivo no “pican”. Frecuentan el río hace varios años, notando el avance de las casas sobre el cauce. En este caso, ven como peligrosas a las personas que construyen sus viviendas en esos lugares. La mirada negativizada la completa uno de ellos cuando expone su propuesta de poner a limpiar el río a la gente que “cobra planes” (en referencia a programas sociales sostenidos como política pública para grupos en situación de vulnerabilidad), ya que “como no hacen nada [no trabajan], estaría bueno que hagan algo por la naturaleza y para la gente que le gusta la pesca, ¿no? Para algo le paga el gobierno y esto es algo que es una cosa de locos”. Llama la atención que, cuando en el discurso se relaciona a los animales con el estado del río y de la ciudad en general, habla de que están en disminución, pero cuando lo relaciona a sus saberes, el discurso es otro, “hay muchos más animales, hace mucho se había inundado Brasil y todo vino para acá”, “acá con solo mirar, acá hay cantidad de animales, lo que pasa que en este momento están todos en sus cuevas y no los ves”.
Estas contradicciones, es decir, si se pesca, si no se pesca, si se consume o no lo que se pesca, se manifiestan como claroscuros entre personas entrevistadas o como parte de un mismo relato. Una constante en todos estos casos es que quienes manifiestan que no se pesca o que lo que se pesca no se puede ingerir, lo expresan de manera tajante y en relación con un deterioro ambiental producto de la inacción de funcionarios políticos. En cambio, entre quienes se expresan afirmativamente o matizan la cuestión, encontramos distintos relatos que dan cuenta de vivencias y saberes producto de la práctica, transmitidos por familiares o de fuentes informativas como lecturas o mirar documentales.
En relación con esto último, Keila, una remera y pescadora que habitualmente frecuenta el río, nos cuenta que “no es un río fácil” para pescar, “no es tirar y sacar”. Ella manifiesta que realiza una pesca de observación, ya que va “mirando el movimiento del agua” para identificar el nado de los peces. Asimismo, Rodrigo, otro pescador habitual del río, también reconoce las dificultades para pescar, pero en términos circunstanciales, aludiendo a que pareciera que “hay poca oxigenación en el agua y no hay muchos peces. Los que hay están como medio tambaleándose. No sé si será algún químico del agua, puede ser montones de cosas pero varios que he visto van dando vueltas”. Sin embargo, reconoce haber pescado distintas especies.
Surge, por otra parte, una valoración positiva respecto del río como paisaje en cuanto a la tranquilidad y la sombra para tomar mate en épocas cálidas: “no ver gente, no ver autos, salir a descomprimir un poco”, una “conexión con la naturaleza”, “bajar el estrés y la adrenalina”, “una conexión conmigo misma”. Esto último, lo expresa Keila, cuando nos habla de su actividad de navegación, que reconoce acercarse al río, a su silencio, como algo “terapéutico”. Además, esa conexión de la que habla nos resuena a una relación con la identidad, como Tati, que es tercera generación viviendo frente al río, “su lugar en el mundo”, o los pescadores Paco, su padre y Rodrigo, quienes coinciden en que para ellos “el río es todo”. A lo largo de nuestras entrevistas encontramos rituales compartidos, la pertenencia a un territorio y anhelos que dan cuenta de la construcción de una identidad en torno al río.
La relación entre identidad y paisaje en torno a un río ha sido descripta por Thiébaut (2013). En el marco de un exhaustivo trabajo basado en entrevistas a pobladores de la cuenca del río Papaloapan, México, afirma que el paisaje ribereño es un “elemento patrimonial, pilar de la historia local y vector de una identidad común” (p. 91).
Otros comentarios tuvieron que ver con su actual bajo caudal, manifestando que “va a quedar como una zanja” y que hay que encontrar una solución para que el río no se seque. Aquí se entrecruzan dos cuestiones. Por un lado, existe una preocupación en algunas/os respecto de que el río ya no sea un lugar para ir a pescar, para sentarse a la orilla a tomar mate o ese territorio que da cuenta de su identidad. Por otro, detectamos un énfasis particular en algunas entrevistas en cuanto a que “algo se tiene que hacer”, o que “tienen que encontrar una solución”, que, por el tono y las miradas que acompañan esas palabras, lo interpretamos como un pedido de ayuda, como si quienes entrevistamos y que provenimos de la academia tuviésemos la posibilidad de proponer soluciones a las autoridades.
6. Algunas reflexiones
Las contradicciones son esperables entre o dentro de los mismos relatos. En términos metodológicos, estas representan una dificultad particular para el proceso propuesto por la TF, ya que los conceptos y las categorías que se hilvanan para el desarrollo teórico se extraen de forma directa a partir de los datos.
Por otro lado, en términos teóricos, las contradicciones encontradas aquí podrían ser objeto de una indagación más profunda en futuros trabajos. Sin embargo, desarrollamos una primera interpretación de este fenómeno. Son innegables las transformaciones ambientales que el río ha sufrido durante las últimas décadas producto de la crecientes actividades agropecuaria, industrial y urbana (Ruggerio, Zuberman y Fernández, 2018; Tenti Vuegen et al., 2023), registrándose la presencia de sustancias contaminantes o indicadores de contaminación (Mastrángelo et al., 2022; Sánchez Caro, Giorgi, Doyle y Piccinini, 2012; Scarcia, Calamante y de la Torre, 2014) que afectan de manera negativa, por un lado, a la biodiversidad ribereña, y por otro, a las actividades recreativas (Hernández, 2022). De todos modos, observamos que la contundencia con la que se valora negativamente al río se asocia con el menosprecio de la actividad política y una mirada negativa del otro; ideas que se montan sobre imaginarios sociales propios de esta etapa neoliberal. En cambio, aquellos discursos o fragmentos de entrevista en los que se matiza la visión fatalista respeto del estado del río y se da lugar a experiencias, vivencias y saberes adquiridos en torno a la práctica, a lecturas y a documentales, deja entreverse la condición de posibilidad para la transformación del paisaje.
En relación a esto último nos interesa retomar a Leff (2011), quien reconoce que desde el ámbito de la ciencia no solo “hemos perdido la capacidad que tuvieron los saberes populares y tradicionales en cuanto la relación de lo simbólico y lo real, (…) sino para simbolizar, significar y valorar culturalmente la naturaleza” (Leff, 2011, p. 385). Para ello resulta necesario salirnos del “laberinto de objetivación del mundo” en el que nos hemos metido desde la ciencia, con una pretendida unidad del conocimiento. Desde ese lugar, propone encarar un diálogo de saberes y la construcción de una nueva racionalidad que supere la crisis civilizatoria que nos encontramos padeciendo.
Además, desde la perspectiva del conflicto ambiental, Merlinsky (2020) nos invita a explorar las potencialidades del diálogo o las discusiones entre los distintos actores afectados en una disputa por recursos, “hacia la transformación de las condiciones en las que se desenvuelve la práctica social” (p. 3). Y agrega que el interés está puesto en la productividad de los conflictos “en términos de los cambios que se han producido en el sistema político, en los lazos sociales, en la construcción de conocimiento y en la elaboración de nuevos dispositivos de protección ambiental” (p. 3).
La metodología de la TF nos ha resultado una herramienta valiosa para esta investigación exploratoria y el relevamiento de saberes. En este caso, tratándose de la presentación de resultados preliminares se llegó a la generación de teoría sustantiva, pero con buena perspectiva de ir hacia la construcción de teorías con mayores grados de formalidad. La teoría construida se fundamenta en los datos empíricos relevados y servirá para seguir profundizando con la incorporación de más informantes y el diálogo con referentes teóricos en pos de continuar con la construcción de conocimientos transdisciplinares.
La utilización de la TF ha sido una herramienta pertinente no solo para nuestro abordaje exploratorio, sino también como metodología para la construcción de conocimientos y la interpretación de fenómenos dando cuenta de la complejidad inherente a la red de relaciones que se tejen en torno al vínculo sociedad-naturaleza.
Referencias
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Recepción: 08 Julio 2023
Aprobación: 15 Abril 2024
Publicación: 01 Junio 2024