RELMECS, diciembre 2013, vol. 3, nº2, ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata - Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación.
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales.
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

ARTÍCULOS/ARTICLES

El tratamiento de los estudios de caso como herramienta de investigación. Su aporte en el subcampo de las Relaciones Internacionales

The treatment of the case studies as a research tool. His contribution in the subfield of International Relations

Leandro Enrique Sánchez

Universidad Nacional de La Plata
Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
(Argentina)
leandrosanchez13@yahoo.com.ar

Resumen
Este artículo revisa el papel clave que los métodos de estudio de casos han jugado en el estudio de las relaciones internacionales, especialmente en los estudios de Estados Unidos. Los estudios de caso en el subcampo de Relaciones Internacionales no son los estudios inconexos, a-teóricos e ideográficos que sus críticos censuran. Estos forman un conjunto cada vez más estandarizado y riguroso y, junto con el trabajo estadístico y formal, han contribuido a mejorar de forma acumulativa el entendimiento de la política mundial. El artículo analiza y revisa ejemplos de criterios de selección de casos (incluyendo los menos probables, menos y más similares y los casos desviados); la innovación conceptual; teorías tipológicas, tipologías explicativas, el análisis comparativo cualitativo y el análisis de conjuntos difusos; el proceso de rastreo, y la integración de múltiples métodos.

Palabras clave: Métodos cualitativos - Selección de casos - Innovación conceptual - Tipologías explicativas - Análisis multimétodo.

Summary
This article reviews the key role that case study methods have played in the study of international relations in the United States. Case studies in the International Relations subfield are not the unconnected, atheoretical, and idiographic studies that their critics decry. International Relations case studies follow an increasingly standardized and rigorous set of prescriptions and have, together with statistical and formal work, contributed to cumulatively improving understandings of world politics. The article discusses and reviews examples of case selection criteria (including least likely, least and most similar, and deviant cases); conceptual innovation; typological theories, explanatory typologies, qualitative comparative analysis, and fuzzy-set analysis; process tracing; and the integration of multiple methods.

Keywords: Qualitative methods - Case selection - Conceptual innovation - Explanatory typologies - Multimethod analysis.


Introducción

Los métodos cualitativos por muchas décadas han jugado un papel clave en el estudio de las relaciones internacionales en los Estados Unidos. En contraste con el análisis de la política estadounidense, han sido por lo menos tan importantes para el subcampo de Relaciones Internacionales como los enfoques cuantitativos. Aunque no es posible cubrir una literatura tan amplia en un solo artículo, se describirán aquí algunos aspectos destacados de la investigación basada en estudios de caso en el subcampo de las Relaciones Internacionales. Además, aunque los ejemplos que se citan son propios de estudios de seguridad y política exterior, estos reflejan la situación en el subcampo en su conjunto, o al menos, eso se sostiene. Como ejemplo de ello, Odell (2004) afirma que “los métodos de estudio de casos han dominado el estudio del IPE [economía política internacional] en las últimas tres décadas” (Odell, 2004: 56).1

Hay muchas razones por las cuales los distintos subcampos de las ciencias sociales adoptan enfoques particulares de análisis, incluyendo la interposición de eventos significativos, emprendimientos académicos, entre otros. Una razón importante por la que los métodos cualitativos han sido importantes en la investigación de las Relaciones Internacionales es que el método de los estudios de caso, sobre todo la combinación del proceso de búsqueda y teorización tipológica, tienen ventajas considerables en el estudio de fenómenos complejos (Bennett y Elman, 2006a; Mahoney y Goertz, 2006). Algunos de los temas más destacados del estudio, por ejemplo, las guerras y la formación de nuevos sistemas de seguridad y economías internacionales, a menudo implican efectos de interacción entre las muchas variables basadas en estructuras y en agentes, dependencias mutuas, y la interacción estratégica, a través de múltiples niveles de análisis, entre un gran número de actores con información privada y fuertes incentivos a engañar (bluff) a los demás actores. Además, aunque las guerras y los cambios económicos que alteran un sistema son fenómenos relativamente poco frecuentes, la estructura del sistema internacional es, sin embargo, más anárquica y sujeta a una renegociación continua y a desafíos violentos en breves períodos, que el ámbito de la política interna. Las revoluciones, por supuesto, tienen lugar en la política interna también, pero en esta los actores realizan muchas más inversiones en las instituciones que estructuran la vida política para reducir muchas de sus incertidumbres. La importancia de los métodos cualitativos en las Relaciones Internacionales refleja las ventajas de estos métodos en el estudio de fenómenos complejos y relativamente desestructurados y poco frecuentes, que se encuentran en el corazón del subcampo.Los métodos estadísticos y modelos formales han hecho contribuciones fundamentales en el estudio de las relaciones internacionales, sobre todo, en la validación de la importancia de las diferencias de poder, el establecimiento de la proposición (todavía impugnada) según la cual las democracias rara vez pelean guerras unas contra otras, y han proporcionando información sobre los problemas de la interacción estratégica, información imperfecta y compromisos creíbles. Sin embargo, los métodos formales y estadísticos no se han utilizado en una proporción tan grande en la investigación en Relaciones Internacionales como, de hecho, en la política interna como subcampo (y, en menor medida, en la política comparada). Esto se debe, en gran parte, a la complejidad de las relaciones internacionales y la ubicuidad de los fenómenos, que en muchos aspectos son sui generis, generando así muchos rompecabezas difíciles de modelar formalmente y probar estadísticamente.Casi todos los programas de investigación importantes en el subcampo de Relaciones Internacionales se han beneficiado de la aplicación de los métodos de estudio de casos.2 En este artículo se analizan solo algunos de los muchos excelentes ejemplos de este tipo de investigación. Aunque como ha sucedido en otros campos, la investigación cualitativa no ha estado exenta de críticas.3Uno de los mayores desafíos para los enfoques del estudio de caso ha sido demostrar que los investigadores han estado utilizando una colección de métodos comúnmente aceptada, lo que produce una mejora progresiva para el conocimiento de la guerra, la paz, y otros fenómenos internacionales. Los escépticos no han sido convencidos, argumentando que gran parte de las investigaciones conforman una colección de estudios de caso no relacionados, a-teóricos e ideográficos. Zeev Maoz (2002), por ejemplo, sugiere que

a menudo se tiene la impresión de que el uso del estudio de caso absuelve al autor de cualquier tipo de consideraciones metodológicas. Los estudios de casos se han convertido en muchos casos en un sinónimo de investigación de forma libre en el que todo vale. (Zeev Maoz, 2002: 164-165)

Se argumenta, que si bien la evaluación de Maoz de la literatura contemporánea en el subcampo de Relaciones Internacionales se puede aplicar a algunos estudios de caso realizados con rigor metodológico insuficiente, y aunque los investigadores deben continuar los esfuerzos para hacer su trabajo más replicable, su crítica es, cada vez más, poco pertinente. El subcampo de Relaciones Internacionales incluye varios estudios de caso que han contribuido, junto con el trabajo estadístico y formal, a la mejora acumulativa en la comprensión de la política mundial.Se analizan a continuación, ejemplos de investigaciones de Relaciones Internacionales que utilizan métodos cualitativos, incluyendo estudios de caso desviados, casos menos probables, casos similares, y ejemplos de innovación conceptual, teoría tipológica, refinamientos de medición y codificaciones, y procesos de seguimiento.4 El foco está puesto en obras ejemplares, a pesar de que a veces se señalan algunas críticas constructivas. Se hace hincapié en las ventajas de la investigación multimétodo, que dentro de un mismo estudio combina métodos cualitativos, estadísticos y formales o que, de forma secuencial, se basan en estudios anteriores utilizando diferentes métodos.

Criterios de selección de los estudios de caso

Para garantizar la acumulación, es vital que los casos sean seleccionados conscientemente y con el fin de maximizar su aprovechamiento inferencial. Aunque los criterios de selección que se aplican a N estudios no siempre son útiles para los enfoques cualitativos (Collier y Mahoney, 1996; Mahoney y Goertz, 2006; Geddes, 2003; King, Keohane y Verba, 1994; Maoz, 2002), hay otras razones para el estudio de determinados tipos de casos. Gran parte del trabajo cualitativo más fuerte en Relaciones Internacionales presta mucha atención a las siguientes razones para el estudio de casos.

Estudios de caso "menos probables"

Los estudios de caso menos probables se basan en lo que Levy (2002: 144) ha marcado como la "inferencia Sinatra": si la teoría lo puede lograr aquí, lo puede lograr en cualquier lugar. Los casos menos probables siguen una lógica bayesiana: el más sorprendente resultado es relativo a las teorías existentes, por lo que aumenta nuestra confianza en la teoría o teorías que son consistentes con ese resultado. En el ejemplo más fuerte de tal lógica, si una teoría de interés predice un resultado en un caso, si las variables de la teoría no se encuentran en niveles extremos que fuertemente empujan hacia ese resultado, y si todas las hipótesis alternativas predicen un resultado diferente en ese caso, este es un caso menos probable para la teoría de interés. Hay pocos ejemplos de una teoría en que sobrevive un caso perfectamente menos probable, pero la lógica bayesiana en que se basa este tipo de inferencia se aplica también a un caso que, aunque no es difícil en todas sus dimensiones, lo es, sin embargo, lo suficiente como para constituir una dura prueba.Evangelista (1999) ofrece un excelente ejemplo de un caso “prueba” en su libro sobre los actores transnacionales, la defensa y las políticas de control de armas entre Estados Unidos y la Unión Soviética en la Guerra Fría. Señala que las cuestiones de seguridad de la Guerra Fría representan un “caso difícil” para las teorías que hacen hincapié en los actores transnacionales, como las teorías realistas que han sido predominantes en el estudio de los problemas de seguridad y sostienen que los estados son los actores clave en estas cuestiones (6). A través de un proceso extraordinariamente detallado y tenaz de seguimiento, incluyendo la investigación de archivo y entrevistas, demuestra que los contactos transnacionales, particularmente aquellos entre los EE.UU. y los científicos soviéticos, efectivamente, afectaron el curso de las políticas de defensa y control de armas entre ambos países. El ejemplo más fuerte de esto se refiere al cambio de tendencia en las políticas soviéticas en las defensas a partir de misiles balísticos. El autor documenta que en un principio, cuando los científicos estadounidenses argumentaron que la construcción de defensas contra misiles podría ser contraproducente, ya que podrían aumentar los incentivos para un primer ataque, los líderes de una delegación soviética de científicos encontraron la propuesta de limitar las armas defensivas tan intuitivo que le preguntaron si el intérprete había traducido correctamente las declaraciones de su colega estadounidense (133). Eventualmente, como demuestra, los científicos soviéticos estaban convencidos por sus contrapartes estadounidenses de que el gasto en defensa antimisiles sería un desperdicio y potencialmente incluso desestabilizador, y presionaron con éxito a los líderes políticos soviéticos a aceptar el 1972 SALT I.Evangelista presta mucha atención a lo largo de su libro a las explicaciones económicas, militares y políticas alternativas, y llega a la conclusión de que los actores transnacionales lograron resultados más bien débiles en las negociaciones para la prohibición de ensayos nucleares y en los niveles de fuerzas convencionales soviéticas, en comparación a los conseguidos en las defensas contra misiles balísticos. Del mismo modo, Katzenstein (1996) en su libro The Culture of National Security: Norms and Identity in World Politics, aplica las teorías constructivistas a los “casos difíciles” de relaciones de seguridad, lo que demuestra que incluso las relaciones interestatales que son aparentemente más poderosamente impulsadas por los equilibrios de poder material, de hecho son, hasta cierto punto, socialmente construidas.Estas obras de Katzenstein y Evangelista, sin embargo, no son lo suficientemente explícitas y precisas sobre las condiciones en las que se espera que los actores trasnacionales o las identidades construidas socialmente se constituyan en los determinantes (más y menos importantes) de la seguridad u otras políticas. Los casos rara vez son menos probables para una teoría en cada sentido, y las teorías rara vez son válidas en contextos que son totalmente adversos. En el estudio de Katzenstein, las cuestiones de seguridad nacional son tanto altamente materiales como simbólicas; y otras áreas temáticas, tales como las competiciones deportivas internacionales, son altamente simbólicas, pero tienen poco efecto sobre la seguridad o el bienestar económico de los Estados; mientras que otros temas podrían ser económicamente consecuentes pero llevan poco simbolismo, e incluso otras cuestiones podrían ser bajas en ambas. En el estudio de Evangelista, el conocimiento especializado y la condición gubernamental o cuasi estatal de los científicos que participaron en los debates de control de armas transnacionales les dio más legitimidad y credibilidad que la que habrían tenido actores no especializados, no gubernamentales. Evangelista tiene en cuenta que las variables a nivel estatal afectan los roles de los actores transnacionales. En el fuerte estado soviético era difícil para los actores transnacionales ganar acceso a los principales líderes, pero si lo hubieran hecho, podrían haber afectado poderosamente la política, mientras que en un estado ruso más débil, los actores transnacionales tendrían que lidiar con otros actores estatales y sociales, tanto para ser oídos como para afectar la aplicación de las políticas. Para desarrollar la teoría de los actores transnacionales más acumulativamente, es necesario construir sobre éste y otros puntos de vista una teoría más integrada sobre cómo las variaciones en el tipo de los actores transnacionales involucrados, el área de asunto en cuestión, y las características de los gobiernos y sus relaciones entre sí, interactúan para dar forma a la influencia de los actores transnacionales.

Los casos más similares y menos similares

En la comparación de casos más similares, que se basa en la lógica del “método de la diferencia” de Mill, el principal desafío es encontrar casos que sean lo más similares posibles en todas menos una variable independiente y que difieran en sus resultados. Debido a que no es posible encontrar casos perfectamente sincronizados, lo que requeriría que los casos se correspondan vis-à-vis incluso en las hipótesis, el segundo reto es demostrar que la diferencia en el valor de la variable independiente de interés entre los dos casos, en lugar de las diferencias residuales entre los dos casos descritos en las hipótesis rivales, da cuenta de la diferencia en los resultados.5 Un método clave para llevar a cabo esta última tarea consiste en utilizar el “proceso de rastreo” para mostrar que la variable independiente de interés que difiere entre los casos, de hecho, afecta sus resultados, y a su vez, que las diferencias residuales entre los casos no están conectadas a la diferencia en los resultados por cualquier proceso causal plausible.Un excelente ejemplo de esta técnica aplicada al programa de investigación sobre la paz democrática es el de Ray (1995). Una comparación de casos más similares a partir de la crisis de Fashoda, una crisis diplomática entre dos democracias (Inglaterra y Francia) a finales del siglo XIX, y de la guerra hispano-americana, un conflicto entre una democracia y un estado autocrático. Para asegurarse que las diferencias residuales entre los casos no tienen en cuenta sus diferentes resultados, Ray aborda varios tipos estándar de variables y procesos, incluyendo “efectos de regresión” (selección de los casos sobre la base de las puntuaciones extremas), “mortalidad” (la pérdida diferencial de respuestas de un estudio, en este caso, la posibilidad de que los estados se tornen más autoritarios como consecuencia de una guerra por venir) y el sesgo de selección. Ray elude otras fuentes comunes de incomparabilidad, tales como los efectos de la historia, la maduración, y los cambios en la instrumentación, mediante la selección de los casos pertenecientes al mismo año. Aborda otras seis variables que podrían explicar los diferentes resultados de los dos casos, incluyendo la proximidad, las relaciones de poder, las alianzas, los niveles de desarrollo económico, la militarización, y la estabilidad política. Elabora una lista completa de diferencias reales y potenciales entre los casos y su uso como proceso de búsqueda de pruebas (aunque no tan amplia o detallada como la de algunos otros estudios de la crisis de Fashoda), para reforzar sus conclusiones según las que la autocracia de España contribuyó a la guerra española-estadounidense y la naturaleza democrática de los sistemas políticos franceses y británicos ayudaron a resolver pacíficamente la crisis de Fashoda.En un diseño de casos menos similares, el investigador selecciona casos que son diferentes en todas menos una variable independiente, pero que comparten la misma variable dependiente. Esto puede proporcionar evidencia de que la única variable independiente común ayuda a explicar la variable dependiente común. Aquí, la tarea consiste en utilizar el proceso de rastreo para mostrar que la variable independiente común está relacionada con el resultado a través de un camino causal plausible y que otras similitudes residuales entre los casos no lo son. Un ejemplo de este diseño de investigación que utiliza métodos estadísticos y de caso en un estudio es el realizado por Ember, M. Ember, y Russett (1992), que intenta comprobar si el hallazgo de la paz democrática, desarrollada a partir de la investigación sobre los estados modernos, se aplica también a sociedades preindustriales. Estos autores concluyen que a pesar de las muchas diferencias entre las sociedades modernas y preindustriales, también era poco probable que las sociedades preindustriales con procesos de decisión participativos lucharan entre sí.

Combinación de casos cruzados

Un diseño de investigación que puede generar una influencia inferencial considerable a partir del estudio de unos pocos casos es la combinación del cruce de casos y de tiempos (o antes y después) en la comparación de casos. Esto permite que cada caso sea potencialmente comparable de dos maneras diferentes: antes del caso A en un tiempo T0 se puede comparar después en un tiempo T1, mientras que el caso A, en uno o en ambos períodos también puede ser comparado con otro caso B, que también puede estar dividido en dos períodos. En el libro de Walt (1996) Revolution and War, por ejemplo, se utiliza este diseño de investigación para estudiar por qué los Estados que se someten a una revolución, a menudo terminan, poco después, en una guerra con sus vecinos. Mediante el estudio de las políticas exteriores de los estados, tanto antes como después de que se someten a las revoluciones, Walt es capaz de utilizar lo que, esencialmente, es un diseño de casos más similares para examinar cómo una revolución cambia la política exterior de un estado. En el mismo estudio, Walt establece una comparación entre estados revolucionarios para evaluar por qué algunos terminaron en guerras interestatales y otros no. Esto le permite al autor conseguir muchas comparaciones diferentes a partir del estudio de tres casos en detalle (las revoluciones francesa, rusa, e iraní), y cuatro casos en forma más abreviada (las revoluciones americana, mexicana, turca y china). También permite, en un número relativamente pequeño de casos, tener variaciones en sus dos variables independientes (sostiene que la diferencia entre las revoluciones de masas y de élite es significativa, con las primeras más propensas a terminar en una guerra interestatal, y que el dominio de la defensa reduce la probabilidad de los estados revolucionarios a participar en guerras) y en su variable dependiente (algunos de sus casos terminaron en guerras interestatales y otros no).

Casos desviados

Son casos que no se ajustan a las predicciones hechas por la teoría o teorías bajo investigación (George y Bennett, 2005: 240). Dicho en términos bayesianos, los casos desviados son aquellos cuyos resultados no se ajustan a las expectativas teóricas anteriores del investigador. Tales casos pueden ser identificados como los casos en una distribución estadística que tienen un elevado error vis-à-vis con el modelo que se investiga o con los casos en un pequeño estudio, que no se ajustan a las expectativas de las teorías existentes o que tienen resultados diferentes de los de casos similares. En principio, los casos identificados como una desviación en cualquiera de estos entornos podrían desafiar las expectativas por un número diverso de razones: pueden ser el resultado de un error de medición, de los efectos combinados de muchas variables excluidas que individualmente tienen pequeños efectos sobre los resultados, de una o algunas variables excluidas que influyen fuertemente en los resultados, o de procesos irreductiblemente estocásticos. En la práctica, los investigadores estadísticos a menudo se inclinan hacia una suposición por defecto por la que los valores atípicos representan los efectos de muchas variables débiles o de los procesos estocásticos, mientras que los investigadores de estudios de caso tienden a asumir que los casos desviados son el resultado de errores de medición o de un número pequeño de variables excluidas que un estudio más detallado podría revelar (George y Bennett, 2005: 20, 32).6 En este último punto de vista, los casos desviados pueden ser analizados en diferentes momentos en el ciclo de investigación y son fuentes potencialmente poderosas de nuevas hipótesis y variables. Una vez identificados a través de un análisis detallado de uno o más casos desviados, estas nuevas variables se pueden insertar de nuevo en las investigaciones como un control más de su aplicabilidad.La Teoría de la paz democrática es un programa de investigación bien desarrollado en el que se ha prestado gran atención a los casos desviados. Ray (1995: 86-87) proporciona una lista de 20 posibles excepciones a la variante diádica de la teoría, casos en que los estudiosos sugieren que las democracias han luchado entre sí. Varios de ellos han sido abordados como casos desviados. Por ejemplo, la investigación de Elman (1997) sobre la guerra de Finlandia con Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial. Como señala la autora, “Finlandia es una democracia y conservó su soberanía durante la guerra, pero se alió con las potencia del Eje” (Elman, 1997: 191). En este análisis del caso, la autora proporciona una explicación sobre las razones de la desviación y sugiere fructíferas líneas de investigación a seguir para un programa de investigación más amplio. Las democracias se distinguen por sus estructuras políticas diferentes y, en particular, por el grado de autonomía que distintas ramas del gobierno tienen sobre las decisiones de política exterior. Finlandia tuvo un sistema semi presidencial, y el presidente tenía un poder casi total sobre lo que hizo el país en relación con sus vecinos. Debido a que el parlamento no tenía control sobre la política exterior, para el ejecutivo no fue necesario “obtener apoyo generalizado antes de ensayar una riesgosa política exterior que prometía violencia en gran escala" (Elman, 1997: 197). En términos más generales, los resultados del estudio de caso sugieren que la teoría de la paz democrática puede funcionar mejor como una teoría tipológica, con generalizaciones contingentes basadas ​​en diferentes estructuras políticas nacionales y la distribución de las preferencias de guerra/paz a través de las diferentes ramas del gobierno. Elman sostiene, por ejemplo, que, ceteris paribus, las predicciones de la teoría son más propensas a mantenerse para las democracias descentralizadas (parlamentarias o presidenciales de coalición) que para las centralizadas (semi presidencial o Westminster).Aunque el estudio de los casos desviados es potencialmente útil, también puede dar lugar a modificaciones teóricas infructuosas. Si los eruditos responden a estas anomalías simplemente reetiquetándolas en lugar de proporcionar una explicación sobre las mismas, la nueva versión de la teoría no será una mejora real (Lakatos, 1970). Los eruditos de las relaciones internacionales han discutido ampliamente cómo juzgar las interacciones entre la teoría y la evidencia. En particular, son ahora más sensibles a lo que Musgrave (1974: 3-7) llama “aproximación histórica a la confirmación de una teoría científica”. El enfoque histórico sugiere que no se puede determinar si la evidencia apoya una teoría exclusivamente sobre la base de si se ajusta a la actual versión de la teoría. No es suficiente indagar si la teoría cubre las anomalías conocidas. También es necesario realizar un seguimiento de la trayectoria de una teoría para saber si esta hizo más que solo reetiquetar enigmas empíricos (Elman y Elman, 2002; 2003). La pregunta es si la nueva teoría proporciona un valor añadido, señalado por la predicción de nuevos hechos. Esta es una cuestión clave para los metodólogos cualitativos, que a menudo recomiendan que los estudiosos se mueven libremente entre la teoría y la evidencia, y de forma iterativa responden a los rompecabezas que la variante actual de su teoría no puede resolver (George y Bennett, 2005).

Innovación Conceptual

Los enfoques cualitativos, en especial el estudio intensivo de uno o unos pocos casos, permiten el desarrollo de conceptos diferenciados y más estrechamente enfocados. Collier (1999) señaló las contribuciones especiales de los "investigadores que son expertos en" para extraer nuevas ideas. Estos eruditos “están profundamente comprometidos tanto con la teoría y con el análisis detallado de los casos, dándoles una capacidad inusual para ver lo general en lo particular” (Collier, 1999: 4).Aunque Collier estaba dirigiendo estudios de países, su observación es cierta para el conocimiento detallado de estudios de caso a través de una amplia gama de métodos de recolección de datos, incluyendo la investigación de archivo.Un ejemplo de desarrollo conceptual posterior al conocimiento detallado de casos es la forma en que los investigadores de las relaciones internacionales han dedicado gran esfuerzo a debatir las formas en que los estados generan el poder militar, y cómo los cambios en la relación de poder influyen las decisiones de política exterior y los resultados políticos internacionales. Estos, principalmente realistas políticos y sus críticos, se han ocupado de diversas partes de la investigación. Colectivamente, han desarrollado explicaciones teóricas más completas que cubren y conectan las formas en que los estados producen y reaccionan al poder.Por ejemplo, Societies and Military Power: India and Its Armies de Rosen (1996) sugiere que el poder militar de un estado está limitado por las estructuras sociales y las relaciones entre las fuerzas armadas y la sociedad que las acoge. Las diferencias en la estructura social, “las subunidades de la sociedad con las que la gente se identifica y a las que dan su lealtad” (Rosen, 1995: 23), a su vez afectará la cantidad del poder militar que se puede generar a partir de un conjunto dado de dotación de factores. Rosen (1995) argumenta que “las estructuras sociales dominantes de un grupo de personas pueden dar lugar a fuertes características y vulnerabilidades de cada sociedad al hacer dinero o hacer la guerra” (Rosen, 1995: 24).Los estados que tienen dotaciones de factores superiores, sin embargo, pueden ser derrotados si sus estructuras sociales divisivas previenen la generación y aplicación efectiva de las capacidades militares.Otro ejemplo es la obra de Zakaria (1998) donde atribuye el surgimiento de Estados Unidos como un expansionista estado-nación al desarrollo de mecanismos que permitieron al gobierno extraer y aplicar recursos para la acción militar. Entre 1865 y 1890, a excepción de la adquisición de Alaska y la anexión de las islas Midway, los Estados Unidos se negaron a aplicar su creciente riqueza como sociedad a la expansión de su territorio. Por el contrario, entre 1896 y 1917, Estados Unidos fue muy expansionista, sobre todo en América Central y el Caribe. Zakaria atribuye este cambio en el comportamiento del estado a un cambio en la estructura, el alcance y la capacidad del mismo. A pesar de los enormes recursos materiales de los Estados Unidos recién en la década de 1880 y 1890 se produjo un cambio hacia un estado moderno con mayor capacidad para capturar y dirigir esos recursos a una política exterior enérgica (Zakaria, 1998: 11-12).7Con respecto a los cambios en el poder relativo, ya sea en términos de las ofertas para la hegemonía y/o reacciones a la aparición de otros estados, la literatura de la disciplina cuenta con un amplio abanico de trabajos que utilizan los métodos de estudios de caso que desarrollan variantes más sofisticadas de los conceptos y las teorías asociadas. Por ejemplo, Schweller (2006) investiga por qué los estados no suelen equilibrar sus respuestas a agresiones peligrosas e implacables, cuando se necesita equilibrio eficaz para disuadir o derrotar esas amenazas. Proporcionando un análisis de casos cercanos y detallados que incluyen a Argentina y Brasil en la Guerra de la Triple Alianza de 1864 a 1870, Gran Bretaña y Francia entre las dos guerras mundiales, y Francia desde 1878 hasta 1898, Schweller sostiene que cuanto más fragmentadas y diversas son las élites del estado y los grupos de la sociedad, tanto menos se puede esperar que respondan adecuadamente a las presiones estratégicas externas. Schweller formaliza la idea de un modelo de cuatro variables, que comprende: el consenso de la élite, la cohesión de la misma, la cohesión social y la vulnerabilidad del régimen. El balance normal del modelo de poder sugiere que las élites llegarán a un consenso acerca de qué respuestas son apropiadas, y luego actuarán para superar los obstáculos de movilización interna.Schweller contrasta este modelo con cuatro alternativas no equilibradas, donde las patologías de origen interno interfieren con el equilibrio eficiente. Por ejemplo, en el modelo aditivo, una combinación de fragmentación social, vulnerabilidad del régimen, y la fragmentación de élite impide el desarrollo de un consenso equilibrado de la misma, con el resultado de estados poco balanceados. Las otras tres variantes utilizan los mismos elementos básicos, pero producen diferentes narrativas causales dependiendo de conjunciones complejas y de su secuenciación temporal. En todos los modelos no equilibrados, la interacción entre los problemas sociales y la élite impide que el estado-nación aplique la capacidad militar como una respuesta racional a las limitaciones estratégicas externas.En cada uno de estos estudios, los autores combinan sus preocupaciones teóricas con un conocimiento detallado de los casos. Abrir la caja negra y contar cómo los estados extraen, aplican, y reaccionan a los cambios en el poder permite una apreciación multifacética de la política exterior y la política internacional.

Las teorías tipológicas

Los estudiosos de las relaciones internacionales tienen una larga tradición en el uso de tipologías explicativas, incluyendo tipologías de los sistemas internacionales y su estabilidad o inestabilidad asociada, tipos de estados y sus políticas exteriores y tipos de personalidades, líderes y sus estilos de toma de decisiones. Aunque los eruditos han sido tradicionalmente algo inconscientes en este uso, se han dado pasos hacia un enfoque más sistemático. Tipologías explicativas pueden distinguirse de simples tipologías descriptivas y clasificatorias. Tipologías descriptivas construyen conceptos-tipo a partir de componentes de atributos. En este caso, las dimensiones de la propiedad -la lista de todas las posibles combinaciones de los atributos de interés- se derivan inductivamente, como en las primeras clasificaciones de las plantas o animales. Cada combinación única de atributos proporciona un concepto compuesto por separado. Las tipologías explicativas siguen un enfoque coyuntural o combinatorio similar, excepto que los atributos que la componen se extraen de las variables de una teoría. Las dimensiones del espacio de la propiedad (sus filas y columnas) reflejan valores alternativos de variables independientes de la teoría, de modo que cada celda en ese espacio se asocia con valores pronosticados de la teoría o variables dependientes. En lugar de preguntar ¿en qué consiste este tipo?, las tipologías explicativas plantean la pregunta: si mi teoría es correcta, ¿qué es lo que espero ver para cada combinación de variables?Las tipologías clasificatorias determinan a qué tipo de caso puede caracterizarse como perteneciente a dicha categoría. A partir de una tipología, los datos empíricos se codifican para ingresar en una celda o en otra, guiando a los estudiosos a responder a la pregunta ¿de qué tipo es este caso? En las tipologías explicativas, la función de clasificación se centra exclusivamente en pruebas que pueden arbitrar a qué afirmaciones teóricas responden. Por ejemplo, los analistas pueden investigar un caso para determinar si existe la congruencia esperada entre sus puntuaciones en las dimensiones de la tipología y las predicciones hechas por la celda en la que se espera que el caso pertenezca. Además, el analista puede usar la ubicación de los casos en diferentes celdas como una guía para hacer comparaciones más productivas para testear la teoría subyacente.Ragin (1987, 2000) ha desarrollado una serie de métodos que, en el uso del espacio de la propiedad y la causalidad configuracional, llevan implícito un fuerte parecido a la teorización tipológica, aunque con algunas diferencias importantes.8 Ragin, hace hincapié en la naturaleza configuracional de los casos y la prevalencia de efectos complejos de interacción. El análisis comparativo cualitativo emplea la lógica algebraica booleana para analizar “variables medidas dicotómicamente (es decir, conjuntos nítidos) y una comprensión de la causalidad que no incorpore sistemáticamente consideraciones probabilísticas” (Mahoney, 2004: 2). Posteriormente en su libro Fuzzy-Set Social Science (2000), plantea la posibilidad de utilizar grados de pertenencia a las categorías en lugar de las codificaciones dicotómicas de “in” o “out”. Por ejemplo, en lugar de dar medidas nominales u ordinales de un caso, un caso puede ser medido como “plenamente en” el conjunto de las democracias (una puntuación de 1,0), “sobre todo en” (una puntuación de 0,75), “más adentro que fuera” (por encima de 0,5), mayormente fuera” (0,25), “plenamente fuera” (0), o en algún lugar entre estos resultados (Ragin, 2000). Como argumenta Ragin, tales puntuaciones del conjunto difuso pueden ofrecer ventajas sobre los resultados nítidos y nominales. Para muchos intentos y propósitos, por ejemplo, una vez que un estado es identificado como plenamente democrático, poco importa si es muy democrático.Estos enfoques han provocado un debate considerable entre investigadores cualitativos y otros metodólogos y algo de interés en la aplicación de las versiones nítidas y/o conjuntos difusos en el estudio de las relaciones internacionales.9 Se trata de un área, sin embargo, donde el subcampo de las Relaciones Internacionales no ha prestado tanta atención como en el subcampo de la política comparada.

Proceso de Seguimiento en la investigación en relaciones internacionales

Con el proceso de seguimiento o rastreo, la causalidad se establece a través del descubrimiento de huellas de un mecanismo causal hipotético dentro de los límites de uno o unos pocos casos. Los casos pueden proporcionar una variedad de pruebas de la operación de los mecanismos causales, ninguno de los cuales es directamente comparable, algunos de los cuales pueden ser más importantes que otras piezas, y todas ellas en su conjunto pueden permitir a los analistas sacar conclusiones sobre la adecuación o inadecuación de una explicación (Bennett y Elman, 2006a). El proceso de seguimiento puede incluir tanto un estudio inductivo como deductivo de eventos y secuencias dentro de un caso. El examen inductivo puede revelar procesos potencialmente causales que el investigador no había teorizado a priori. Deductivamente, las teorías pueden sugerir que determinadas circunstancias deberían haber ocurrido dentro de un caso si la teoría fuera una explicación precisa del caso. Según la teoría bajo investigación, algunos de los hipotéticos pasos en el caso pueden definir muy bien las condiciones necesarias, y otros pueden ser definidos de manera más flexible a partir de varios procesos sustitutivos que podrían haber tenido lugar en un momento en particular.Hay muy buenos ejemplos de este tipo que incluyen, pero sin duda no se limitan a, los libros de Drezner (1999), Eden (2004), Homer-Dixon (1999), Khong (1992), Knopf (1998), Larson (1997), Moravcsik (1998), Owen (1997), Roca (1989, 2000), Sagan (1993), Shafer (1988), Snyder (1984, 1991), Walt (1996), y Weber (1991). Cada una de estas obras comparte, en cierta medida, un conjunto de características comunes que constituyen las mejores prácticas en el proceso de rastreo. Estas son: atención explícita a, y el proceso de seguimiento en explicaciones alternativas y en la hipótesis o explicación de mayor interés para el investigador; el foco sostenido sobre la cuestión de ¿qué otra cosa debe ser verdadera del proceso a través del cual surgió el resultado si la hipótesis propuesta explica el resultado?Sagan (1993) ilustra estas virtudes. El autor se dispuso a probar dos teorías sobre el origen de los accidentes en las organizaciones complejas, la “teoría de los accidentes normales”, que contempla los accidentes como un desarrollo normal, incluso en las organizaciones complejas más conscientes de la seguridad, y la “teoría de la alta fiabilidad”, que deposita su fe en la capacidad de las organizaciones para proporcionar salvaguardias adecuadas contra accidentes entrelazados. Sagan decide probar estas explicaciones alternativas en el contexto del potencial uso accidental o no autorizado de armas nucleares. Esto supone una dura prueba para la teoría de los accidentes normales, porque la seguridad de armas nucleares es una prioridad, y las armas nucleares son gestionadas por fuerzas militares altamente capacitadas y disciplinadas, con los recursos adecuados. Este contexto también proporciona la oportunidad para el proceso de seguimiento que discrimina fuertemente entre las dos teorías, Sagan sostiene que las condiciones específicas que promueven la seguridad desde el punto de vista de los teóricos de la alta fiabilidad puede permitir errores relacionados entre sí y acumulados en la visión de la teoría de los accidentes normales.A su vez, señala las predicciones para cada teoría sobre la forma en que los accidentes de armas nucleares e incidentes podrían ocurrir o ser prevenidos. A continuación, pone a prueba estos testimonios contra el caso de seguridad respecto de las armas nucleares en la crisis de los misiles cubanos. Aunque su investigación inicial sobre la base de los expedientes documentales disponibles sugiere que no hubo “sustos” durante la crisis, Sagan consideró que los registros disponibles eran una fuente potencialmente sesgada porque las mismas organizaciones responsables de la seguridad de las armas nucleares también escribían los informes sobre la seguridad de las armas durante la crisis. Por lo tanto, Sagan entrevistó individuos responsables de la seguridad de las armas durante la crisis, incluido el personal de trabajo y los tomadores de decisiones de alto nivel, y se encontró con que estas personas, en su mayoría jubilados en el momento en que los entrevistó, contaron con facilidad varios “sustos” durante la crisis. Estas entrevistas ayudaron a realizar un examen más exhaustivo de las pruebas documentales, incluidos los documentos que obtuvo a través de Ley de Libertad de Información, y fue capaz de construir historias detalladas de llamadas de alarma durante la crisis. El fortalecimiento de su análisis del caso de Cuba con un examen breve de otras alarmas en materia de seguridad de armas nucleares, le permitió concluir que, en general, la teoría de los accidentes normales explica mejor estos hechos y por lo tanto proporciona una advertencia contundente para el diseño de procedimientos de seguridad de armas nucleares, de forma que se anticipen a la dinámica "normal" a través de la cual pueden producirse accidentes.Eden (2004), por su parte, investiga la constante subestimación por parte de los Estados Unidos de los daños probables causados ​​por el uso de armas nucleares. Sus estimaciones de las consecuencias se centran casi exclusivamente en los efectos de la explosión, con muy poca atención en los daños causados por fuego, que son, de hecho, probablemente más destructivos. La explicación de Eden para la minimización del daño de fuego es que el conocimiento de la organización se construye socialmente. Fuertemente influenciado por el uso de bombardeos de precisión durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos prestaron mucha más atención a la explosión que a la estimación por daños incendiarios. A medida que la Fuerza Aérea desarrolló más herramientas analíticas para calcular cada explosión, la brecha entre sus conocimientos y el interés en la explosión y el fuego se abrió aún más.Eden cumple varios de los requisitos para un uso convincente de las técnicas del proceso de rastreo. Utilizando archivos, entrevistas y otros procedimientos de recolección de datos cualitativos, traza el proceso por el cual el conocimiento de la Fuerza Aérea de los efectos de la explosión se desarrolló primero y luego fue integrado en la organización, y cómo se ignoró sistemáticamente el daño de fuego. Además, se protege contra el sesgo de cualquier confirmación mediante la búsqueda de evidencia de una amplia gama de explicaciones alternativas, y encuentra evidencia de consecuencias observables incompatibles con dichas explicaciones. Por último, la autora presta especial atención a la elección del lugar donde comenzar y terminar su proceso de seguimiento.Un tercer ejemplo es el de Spruyt (2005), quien aborda el enigma de por qué los estados han reaccionado de manera tan diferente a la perspectiva de perder territorios. Un elemento clave en la explicación del cambio en la política territorial es el número de puntos de veto en el ámbito nacional. Aunque Spruyt deductivamente desarrolla una serie de hipótesis a partir de su modelo institucionalista, evita hacer afirmaciones demasiado universalistas. Como observa,

Cualquier explicación a nivel macro de los complejos acontecimientos históricos, debe ser parcial... Me quedé sin pretensión de una explicación que cubra o represente de manera uniforme todas las características de lo territorial en todos los casos. (2005: 12)

Pone a prueba su explicación mediante el análisis de cinco casos principales: Gran Bretaña y el este de África, Francia y Argelia, Holanda e Indonesia, Portugal y sus posesiones africanas, y la disolución del imperio soviético. Aunque esta estrategia de selección de casos le permite la comparación tanto diacrónica como sincrónica, Spruyt tiene cuidado de observar que más que tratar de desarrollar afirmaciones causales nomotéticas está, en cambio, intentando explicar los mecanismos causales que pueden dar cuenta sobre los fenómenos observados.

Trabajo multimétodo en relaciones internacionales

La literatura en Relaciones Internacionales incluye muchos diseños de investigación que combinan los métodos de estudio de caso con modelos formales, análisis estadísticos, o ambos10. La combinación de métodos puede ser un enfoque particularmente potente, ya que cada método puede, en cierto grado, compensar las limitaciones de los otros. En particular, los investigadores han utilizado estudios de caso para comprobar si los mecanismos derivados de los modelos formales son los que teorizaron, o para explicar si las distribuciones estadísticas existen de hecho y son observables en los procesos por los cuales han surgido esos resultados en casos individuales. El análisis estadístico, a su vez, puede ayudar a identificar casos atípicos o desviados que no se ajustan a un modelo, con la finalidad de estudiar si hay un error de medición, o variables excluidas que ayuden a explicar los motivos por los que no tiene lugar dicho ajuste. A su vez, los modelos formales pueden ayudar a hacer más rigurosas las teorías desarrolladas mediante el uso de estudios de caso y el análisis estadístico, lo que lleva a nuevos y comprobables conocimientos intuitivos.Un excelente ejemplo de la combinación de métodos de esta manera es Coercive Cooperation de Martin (1992). La autora utiliza un modelo formal para derivar ideas contrarias a la intuición de las sanciones económicas, con el argumento de que la cooperación en la imposición de las sanciones debería aumentar cuando el principal Estado que las impone enfrenta altos costos, y que cuanto mayor sea el número de estados implicados en la imposición de sanciones, más estados querrán unirse a su promulgación. Martin entonces no solo pone a prueba estadísticamente estos argumentos, sino que utiliza estudios de caso para demostrar que los mecanismos hipotéticos son verdaderamente operativos en casos individuales.Del mismo modo, Goemans (2000) utiliza un modelo formal para desarrollar la hipótesis de que los regímenes semi represivos serán muy reacios a bajar sus objetivos durante una guerra, incluso si comprenden a partir de enfrentamientos militares anteriores que son propensos a perder la guerra. Esto es debido al hecho de que los líderes de estos regímenes tendrán que pagar un precio más alto que cualquiera de los líderes democráticos o autoritarios, si pierden una guerra. Goemans luego evalúa estadísticamente esta hipótesis y también prueba su uso en estudios de caso de la toma de decisiones de varios de los países combatientes en la Primera Guerra Mundial. Al igual que Martin, Goemans utiliza los estudios de caso para determinar si los mecanismos hipotéticos de hecho son operativos en casos individuales. El uso de estudios de caso para probar o demostrar el funcionamiento de los mecanismos de la hipótesis es probablemente el objetivo más común en la combinación de estudios de caso con otros métodos.Un segundo objetivo de la combinación de métodos se observa en el trabajo de Reiter (1996). En su estudio de cómo las clases dirigentes toman de sus experiencias de formación de alianzas modelos de estrategias para alianzas posteriores, Reiter realiza una prueba estadística de su hipótesis y no solo estudia algunos casos individuales que se ajustan a ella, sino que también se centra en los casos que no se ajustan al modelo estadístico. Del estudio de estos casos individuales, concluye que la presencia o ausencia de la democracia es una variable importante omitida en su análisis inicial, y realiza luego pruebas estadísticas adicionales usando esta variable.Los beneficios de la yuxtaposición de métodos de estudio de caso y estadísticos están bien ilustrados en una investigación reciente sobre los conflictos civiles y étnicos, incluidos los mecanismos de participación de las personas en este tipo de conflictos y de las condiciones estructurales que hacen a la violencia o la reconciliación probable. Dos estudios estadísticos prominentes afirman que “la codicia”, o las oportunidades de beneficio material o político a través de la instigación o la perpetuación del conflicto, son factores más importantes en este tipo de conflictos que los enfrentamientos entre grupos de diferente identidad sobre el trato injusto percibido (Collier y Hoeffler, 2001; Fearon y Laitin, 2003). Tomando estos análisis, y basándose en un conjunto de 21 estudios de caso de las guerras civiles, Sambanis (2004) argumenta la necesidad de ir más allá de la simple distinción codicia-queja. En cambio sostiene que, los conflictos civiles son, en su opinión,

el resultado de cuatro factores interrelacionados: la demanda por el botín, la demanda de cambio político, la oportunidad de movilizar a los grupos criminales o insurgentes, y los mecanismos (relacional, emocional, cognitivo o ambiental) que caracterizan los reclamos y la extracción de recursos. (Sambanis, 2004: 269)

El autor ofrece una crítica metodológica coherente de los anteriores trabajos de Collier y Hoeffler (2001) y Fearon y Laitin (2003), con el argumento de que “mediante la combinación de trabajos estadísticos y estudios de casos podemos entender mejor los procesos políticos de las sociedades que conducen a la guerra civil” (269). En los mismos términos que se argumentó anteriormente, sostiene que los estudios de caso pueden ayudar a identificar y clarificar los mecanismos causales, señalar los problemas de medición en los estudios estadísticos, identificar variables omitidas y los efectos de interacción, indicar cuando existe unidad de heterogeneidad, y reconocer los diferentes mecanismos y tipos de guerra civil. En conjunto, este y muchos otros estudios de casos de violencia civil (por ejemplo, Kalyvas, 2003; Posen, 1993; Ross, 2004) están contribuyendo a una más completa y compleja comprensión de la violencia civil.

Conclusión

Como se ilustró en estos ejemplos, la investigación en Relaciones Internacionales se ha beneficiado enormemente con la utilización generalizada de los métodos cualitativos.El reciente resurgimiento en los escritos sobre los métodos cualitativos sugiere que es probable que este uso se vuelva aún más influyente. Textos metodológicos recientes han ayudado a aclarar las mejores prácticas asociadas con los enfoques cualitativos, y a proporcionar normas específicas por las que deberían ser juzgados. Tal vez aún más importante, sin embargo, ha sido el análisis de los fundamentos epistemológicos en los que se basan los métodos cualitativos. El resultado ha sido una comprensión más clara de las fortalezas y debilidades comparativas de diferentes herramientas y un sofisticado reconocimiento de que las normas son relevantes para los métodos. Esta rápida lectura de textos referidos a los estudios de caso muestra que no hay un acercamiento único, uniforme ni unánime con respecto al concepto, la naturaleza científica, los elementos constitutivos, las metodologías, las técnicas, la instrumentación y los fundamentos epistemológicos de este tipo de investigación social. En este variado contexto se presenta al estudio de caso como: una muestra en una investigación; un diseño de investigación; una forma de análisis cualitativo; una metodología de investigación autónoma; una técnica de procesamiento de datos sociales que preserva el carácter social único de un objeto de estudio; un estudio exploratorio; un estudio descriptivo, etc.No obstante, el cuestionamiento fundamental que suele hacerse a los estudios de caso es su incapacidad radical para generalizar sus resultados, ya que el análisis de un solo ejemplo de fenómenos sociales no puede proporcionar información confiable sobre la clase entera de los fenómenos considerados.11 En efecto, existe en este tipo de estudios una tensión entre generalidad y singularidad (Vigour, 2005: 259). Por un lado, el análisis del caso es, por definición, de tipo idiográfico o responde a la forma de la sinécdoque por su carácter cuasi-experimental; pero, por otro lado, tiene cierta intencionalidad “nomotética” o generalizante debido a su pretensión científica. La posibilidad de generalización de un estudio de caso no debería basarse única y lógicamente en una muestra aleatoria estadísticamente representativa; sino en otras dos posibilidades de generalización: en el desarrollo de una teoría que pueda ser extendida a otros casos, por un lado; y por el otro, en los llamados casos críticos.A este respecto se adopta por válida la distinción que introduce Yin (2009: 15-17) entre generalización estadística y generalización analítica. La primera es obviamente la que se basa en una inferencia realizada a partir de una muestra estadísticamente representativa. La generalización analítica, por su parte, tiene que ver con la expansión a otros casos de una teoría o de un modelo que ha permitido analizar un caso concreto; por lo tanto, se trata de generalizar teorías, y no de enumerar frecuencias. De este modo lo que se generaliza no son los resultados particulares y específicos de un análisis de caso, sino el modelo teórico que ha conducido a esos resultados, y que se supone conducirá a resultados análogos (y no idénticos) en otros casos.El otro modo, lógicamente más robusto, de generalizar a partir de casos, se funda en la selección de los llamados casos críticos que, según el sociólogo danés Fkyvbjerg (2001: 78), son aquellos que tienen una importancia estratégica en relación con un problema general. Se podría precisar esta definición diciendo que se trata de casos que representan el escenario más favorable para la confirmación de una proposición o de una hipótesis. Ahora bien, este tipo de casos permite argumentar a fortiori, según la fórmula: si en este caso es así, con mayor razón en todos los demás casos.Por último, es verdad que la generalización que puede obtenerse en los estudios de caso es limitada, frágil y modesta. Pero esto no se debe a una debilidad congénita del método, ni a la imperfección de sus dispositivos de análisis, sino a la escala en que se halla situado su objeto de estudio; al “interés” por privilegiar la profundidad y la intensidad del análisis sobre la extensión o la amplitud de su alcance.En ese sentido, uno de los problemas centrales en los estudios internacionales consiste en la difícil adscripción de algunos fenómenos internacionales que por su naturaleza pueden ser reclamados como propios tanto por el nivel macro como por el micro de análisis. Esta dificultad es superable desde el punto de vista metodológico ya que la distinción entre ambos niveles de análisis no se realiza en función del alcance internacional intrínseco a los fenómenos, sino atendiendo al marco intelectual de referencia adoptado para su estudio. En otras palabras, no se alega que los fenómenos internacionales deban adscribirse a uno u otro nivel de análisis solo porque sean relevantes para el conjunto de la sociedad internacional o para alguno de sus actores, sino porque el centro de atención teórica atribuye relevancia a uno u otro de estos planos. De manera que, dentro de la corriente epistemológica que promueve el pluralismo metodológico en el campo de las ciencias sociales, se puede pensar en un estudio de caso, inductivo, particular, con una descripción densa, como un paso hacia un modelo analítico para la interpretación del fenómeno objeto de estudio.

Notas

1 Sobre el papel de los métodos de estudio de caso en la economía política internacional, las cuestiones ambientales internacionales y cuestiones de seguridad internacional, véanse, respectivamente, Odell (2004), Mitchell y Bernauer (2004), y Kacowicz (2004).

2 Con gran riesgo de dejar fuera temas importantes, que incluyen el estudio de la disuasión, la diplomacia coercitiva, la toma de decisiones de política exterior, la política burocrática y los procesos organizativos, la "paz democrática", la alianza de conducta, el control de armas, y las crisis de política internacional, entre otros.

3 Sobre las ventajas comparativas y las limitaciones de los métodos de estudio de casos, véase George y Bennett (2005: 17-34), para una visión más crítica de los estudios de caso, consultar Goldthorpe (1997), Lieberson (1992), y Njølstad (1990).

4 La mayoría de las obras seleccionadas fueron publicadas en los últimos 10 años.

5 Por supuesto, un investigador puede pasar por alto las diferencias entre los casos en que le gustaría destacar las hipótesis rivales desconocidas, así como todos los métodos de inferencia a partir de los datos de observación.

6 También hay que señalar que un caso desviado, que es un caso "más probable" (es decir, uno que se esperaba fuertemente que se ajustara a las expectativas generadas por la teoría, pero no lo hizo), es una valiosa fuente de apalancamiento inferencial, aunque podría llevar a cuestionar la validez de la teoría.

7 Otros dos buenos ejemplos de estudios de investigación sobre diferentes aspectos de la generación del poder del Estado son Christensen (1996) y Liberman (1996). Christensen argumenta que los líderes pueden elegir lo que parece ser una gran estrategia muy agresiva y de confrontación para el corto plazo, incurriendo en lo que parecen ser gastos innecesarios, si su objetivo fundamental es movilizar el apoyo nacional para las grandes estrategias a largo plazo.

8 Véase Bennett y Elman (2006b) para una discusión de estas diferencias.

9 Para críticas y discusiones, véase, por ejemplo, Lieberson (2004), Seawright (2004, 2005), Mahoney (2004b), Goertz y Mahoney (2005) y Bennett y Elman (2006b).

10 Véase Biddle (2004), Fortna (2004), Goemans (2000), Huth (1988), Martin (1992), Schultz

(2001), Reiter (1996), Kydd (2005), y Crawford (2003).

11 Como método de investigación social, los estudios de caso presentan una situación paradójica: por una parte gozan de muy antigua prosapia en el campo de las ciencias sociales, y en su historia figuran luminarias como Ernest Park, Ernest Burguess, Louis Wirth, William I. Thomas, W.F. White, George Herbert Mead, Herbert Blumer y Florian Znaniecki, entre otros muchos; pero por otra parte la mayoría de los metodólogos y de los científicos sociales los consideran como un método poco fiable científicamente, otorgándoles apenas un papel auxiliar y devaluado en el desarrollo del conocimiento científico.

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Fecha de recibido: 7 de mayo de 2013
Fecha de aceptado: 15 de septiembre de 2013

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