RELMECS, Diciembre 2019-Mayo 2020, vol. 9, nº2, e055. ISSN 1853-7863
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Centro Interdisciplinario de Metodología de las Ciencias Sociales
Red Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales

Artículos

Investigando las influencias internacionales en las ciencias sociales argentinas1

Ernesto Calvo

Universidad de Maryland, Estados Unidos

A. Sofía Elverdín

Universidad Torcuato Di Tella-CONICET, Argentina

Gabriel Kessler

Conicet-Universidad Nacional de La Plata/ Universidad Nacional de San Martín - Instituto de Altos Estudios Sociales (Idaes), Argentina

M. Victoria Murillo

Universidad de Columbia, Estados Unidos

Cita sugerida: Calvo, E., Elverdín, A. S., Kessler, G. y Murillo, M. V. (2019). Investigando las influencias internacionales en las ciencias sociales argentinas. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 9(2), e055. https://doi.org/10.24215/18537863e055

Resumen: Este artículo lleva a cabo un análisis empírico del estilo de investigación en las ciencias sociales en Argentina basado en las publicaciones más citadas de la/os investigadora/es del Conicet de las áreas de ciencia política y sociología. A partir de un corpus de 760 artículos, se testean estadísticamente una serie de hipótesis sobre el vínculo entre formación doctoral, estilo de investigación y la adopción de metodologías. El trabajo efectúa aportes en relación al debate sobre la hegemonía en los estilos de investigación en el sur global. Encontramos que predomina la metodología cualitativa, pero con un impacto notable de la formación en EE.UU. sobre el uso del análisis cuantitativo y los estudios comparados. Mostramos asimismo hallazgos novedosos en el vínculo entre elección metodológica y reconocimiento intersubjetivo.

Palabras clave: Hegemonía académica, Estilo de investigación, Metodología.

Investigating international influences on the Argentine social sciences

Abstract: This article conducts an empirical assessment of research styles in the social sciences in Argentina, based on the most cited publications of Conicet researchers in the fields of political science and sociology. A statistical analysis of 760 published articles tests hypotheses on the link between doctoral training, research style and the researchers’ scientific methodologies. We contribute to existing debates on hegemonic research styles in the global south, and show significant prevalence of qualitative methodology as well as a distinct quantitative bias in comparative studies and among US trained scholars. Further, we present novel findings describing the link between methodological choices and intersubjective recognition.

Keywords: Academic Hegemony, Style of research, Methodology.

Este trabajo se propone realizar un análisis empírico del estilo de investigación en las ciencias sociales, focalizándose en las publicaciones más citadas de los investigadores del Conicet de las áreas de ciencia política y sociología.2 Al acotar nuestro objeto de estudio sabemos que estamos enfocándonos en los investigadores que Beigel (2017) denominó ‘Arieles’ del sistema científico argentino. Es decir, aquellos que están más insertos en el sistema científico mundial y expuestos a la influencia internacional por la cultura evaluativa que caracteriza al Conicet.

Prestamos particular atención a los investigadores “más conectados” con las comunidades científicas de los países centrales. Elegimos este foco porque es ahí donde esperamos encontrar mayor influencia externa y homogeneidad metodológica. Es también allí donde hay más recursos para establecer alternativas a dicha hegemonía. El corpus de artículos que analizamos no ha sido definido por los investigadores en sus reportes de Conicet, ni ha sido seleccionado al azar. Elegimos enfocarnos en los tres artículos más citados en Google Scholar (https://scholar.google.com/), incluyendo publicaciones indexadas y no indexadas.3 Cabe destacar que, sobre un total de 760 artículos analizados, 631 (el 83 %) están escritos en castellano, mientras que 106 artículos (14 %) están en inglés, 12 en portugués (el 2 %), y 11 en francés (el 1 %). Para mantener consistencia entre los investigadores y, dado que la difusión del formato ‘artículo’ ha sido considerada como otro indicador de influencia transnacional en el modelo de transmisión de conocimiento que caracteriza a las ciencias sociales argentinas (Beigel, 2017; Guédon, 2011; Vessuri, Guédon y Cetto, 2014; Alperin et al., 2014), nuestro análisis no considera libros. Esta decisión metodológica busca estimar el impacto intersubjetivo de los trabajos analizados en función de su capacidad de difusión, entendida como la propensión a citar y ser citado por colegas y debe ser considerada en el análisis de resultados.

Para medir la influencia internacional en la producción de conocimiento científico, consideramos el lugar de formación de los investigadores, el estilo de investigación (cualitativa, conceptual y cuantitativa), así como la relación de los autores con la comunidad científica de Argentina y el exterior. Consideramos como indicadores el nivel de colaboración entre autores (coautoría) y la cantidad de veces que son citados sus artículos en otros trabajos académicos.4 A diferencia de trabajos que consideran la selección “aspiracional” de los artículos (Beigel, 2017; D’Alessandro, 2015), en los cuales la selección de artículos es realizada por los autores, nuestro trabajo selecciona artículos en función de su nivel de propagación en la comunidad, considerando cuán citados son los artículos.

Contra nuestras expectativas, encontramos un efecto mitigado a la ‘influencia americana’, tal como ha sido descripta en la literatura (Gantman, 2011; Beigel y Salatino, 2015). En particular, mostramos que existe un predominio de las metodologías cualitativas y de los estudios de caso, lo cual no se corresponde con los cánones difundidos por la academia norteamericana, incluso cuando nuestro análisis excluye a los libros, lo que sugiere que nuestros resultados son conservadores en esta dimensión.

También mostramos diferencias significativas entre disciplinas. En especial, es significativa la ‘influencia norteamericana’ en la ciencia política pero no en la sociología, con consecuencias en el estilo de investigación que observamos en las publicaciones analizadas. Evaluamos que la mayor juventud de la ciencia política en Argentina en combinación con su longevidad y mayor desarrollo en EE.UU. (en comparación con Europa), así como los incentivos para la formación en este país, explican parte de las tendencias que describimos. Sin embargo, mostramos que, antes que la influencia de un país determinado, es sobre todo la elección metodológica lo que determina el estilo de trabajo y su impacto en otros colegas. Un resultado que vale la pena destacar es que existen diferencias importantes entre las elecciones metodológicas de los investigadores y la propensión a citar a sus pares. En particular, los métodos cuantitativos son minoritarios como opción metodológica pero estas publicaciones están significativamente sobrerrepresentadas en citas.

1. Profesionalización de las ciencias sociales e influencia internacional

En el análisis de la producción de ciencias sociales en Argentina, nuestro trabajo construye sobre una producción preexistente que da origen a nuestras hipótesis. Fernanda Beigel (2017) hace un análisis de las cinco publicaciones consideradas más relevantes en sus trayectorias por los investigadores mismos y, enfocándose en el idioma y lugar de publicación, reporta que existe una hegemonía internacional entre los investigadores del Conicet. Usando la metáfora del Ariel de Rodó, ella denomina a estos investigadores internacionalizados como ‘Arieles’ que buscan complacer al invasor ‘próspero’ publicando en revistas indexadas y en inglés, en oposición a los ‘Calibanes’ basados en las universidades públicas de todo el país.5 La autora encuentra que cuando se les da elegir qué cinco publicaciones incluir en su informe de evaluación del Conicet, los jóvenes tienden a mencionar publicaciones en inglés sugiriendo que el proceso de profesionalización e influencia externa es mayor en este grupo. De todos modos, cuando restringe su muestra a las ciencias sociales, Beigel (2017, gráficos 2 y 3) muestra un menor predominio de la preferencia por los artículos en revistas y de las publicaciones en inglés, pero se mantiene la tendencia etaria antes descripta.6

Baranger y Niño (e/p) analizan los Currículos Vitae de los investigadores de las disciplinas sociales del Conicet (gráfico xx.3). En su análisis, ellos encuentran que el peso del idioma inglés, las publicaciones de artículos en revistas y las coautorías, son importantes en dicha autoselección, mostrando la dirección de los incentivos que se derivan de patrones científicos transnacionales modelados en las ciencias duras. Baranger y Niño también encuentran patrones similares entre la ciencia política y la sociología, con un predominio de la publicación localista que contrasta con otras disciplinas (tabla xx.3). Los autores concluyen que “en el caso de las ciencias sociales, se da en el seno mismo del CONICET una diferenciación entre Arieles y Calibanes” (s/p)–utilizando las categorías de Beigel–.

Piovani (2018) en su análisis de la producción en el campo de las ciencias sociales argentinas busca evaluar el creciente peso mundial de la profesionalización sociológica descripta por Burawoy (2005). La misma se caracterizaría por la producción de un conocimiento instrumental siguiendo programas de investigación académicos, el predominio de la publicación en inglés, y culminando en la producción de papers que siguen el modelo IMRAD (introduction, method, results, discussion). Dicho modelo muestra una dependencia de lo que Beigel (2015) denomina Sistema Académico Mundial. De este modo, analizando una muestra de 421 publicaciones de ciencias sociales, Piovani encuentra un predominio de los artículos empíricos y de la metodología cualitativa (46 por ciento) respecto a la cuantitativa (26 por ciento) y los métodos mixtos (28 por ciento), y con solo un 14 por ciento reportando el uso de software para el análisis de datos. Asimismo, muestra que los análisis locales (43 por ciento) predominan sobre los nacionales (29 por ciento) y regionales (19 por ciento). Piovani encuentra que prevalecen los trabajos que denomina como localistas y los universalistas en publicaciones internacionales en idiomas que no son inglés. El autor también señala la importancia de los textos europeos y norteamericanos en la literatura citada, aunque en general se trataría de textos traducidos. Reconoce, sin embargo, que en la ciencia política el modelo de paper es más utilizado que en la sociología. Asimismo, Ramos Zincke (2014), en su análisis de las ciencias sociales chilenas usando una muestra de 479 textos, también encuentra que la publicación con formato artículo es más predominante en la ciencia política (52 por ciento) que en la sociología (34 por ciento).

Pese al señalamiento de esta diferencia disciplinaria respecto a la modalidad de publicar artículos, la misma no parece extenderse a la metodología elegida. D’Alessandro, Abal Medina y Leiras (2015, p. 11) analizan 658 artículos publicados entre 2005 y 2014 en revistas de ciencia política argentinas y hallan un predominio de los métodos cualitativos (en el 51 por ciento). En contraste, solo el 5 por ciento son cuantitativos y otro 5 por ciento emplean técnicas mixtas, con los restantes cayendo en la categoría que ellos denominan como ilustrativos. Es decir, que el predominio de las técnicas cualitativas se extiende de la sociología a la ciencia política en Argentina pese a las presiones sugeridas por Beigel.

Otras investigaciones centradas en las ciencias sociales argentinas muestran también una concentración en publicaciones locales y regionales, en general en español. Gantman (2011, citado en Beigel y Salatino, 2015) analiza currículums de investigadores del Conicet en Sociología, psicología, ciencias políticas y economía. Con diferencias disciplinares, muestra un predominio de las publicaciones locales y regionales en español, siendo excepcionales quienes publican en inglés y/o en revistas indexadas en ISI-Wos, en general formados en el extranjero. Blanco y Wilkis (2018) estudiaron la internacionalización de 136 sociólogos de alta inserción académica formados en las últimas dos décadas y también confirman la preponderancia de las publicaciones en español y en el circuito latinoamericano, en particular en México y Brasil, que tienen mayor número de revistas indexadas que en la Argentina.

Estos trabajos, entonces, presentan una visión no tan clara de la influencia internacional en los investigadores en ciencias sociales del Conicet. Si bien Beigel (2017) nos lleva a esperar una mayor influencia internacional, Baranger y Niño (e/p) encuentran mayor heterogeneidad, Gantman (2011), Blanco y Wilkis (2018) y Piovani (2018) sugerirían que ese proceso se mueve lentamente en la Argentina y que predominan patrones preexistentes de producción del conocimiento, aunque según Piovani esta tendencia sería menos pronunciada en la ciencia política. Nosotros buscamos contribuir a este debate analizando el estilo de publicación predominante en cada disciplina, en función de la formación doctoral de los investigadores para medir la influencia de los países del Norte sobre la ciencia del sur. Asimismo, no nos enfocamos solamente en su metodología sino también en el tipo de trabajo, con un particular énfasis en las comparaciones como camino hacia la generalización de alcance medio que ha sido indicada como predominante en la academia americana (Pérez-Liñán, 2010; Murillo, 2015). Finalmente, buscando definir los incentivos que llevan a las decisiones de publicación a un grupo de investigadores sujetos a las mismas reglas de promoción por el Conicet, es que evaluamos el impacto de dichos trabajos entre los colegas (en función de la referencia a los mismos); es decir, su difusión en la comunidad científica.

2. Diseño de Investigación

Nuestro análisis se basa en la información pública del listado de investigadores del Conicet para sociología y ciencia política.7 Utilizando esa información, que fue completada con búsquedas online de los tres trabajos más citados para cada uno, así como información sobre su formación doctoral, disciplina, tema de investigación, y lugar de trabajo, hemos analizado los patrones de investigación que dichas publicaciones revelan.8

Los mismos representan las publicaciones en formato artículo y no libro y excluyen la traducción de una misma publicación a otro idioma. Esta metodología contrasta con el análisis de las 5 publicaciones citadas por los mismos investigadores que utiliza Beigel (2017) o de los Currículos Vitae que utiliza Baranger y Niño (e/p). Preferimos utilizar para nuestros análisis el reconocimiento intersubjetivo que implican las citas como medida de influencia de los trabajos analizados, considerando los sesgos posibles mencionados anteriormente. En función de este corpus, analizamos las hipótesis descriptas anteriormente respecto a la influencia internacional en las ciencias sociales argentina, especialmente entre aquellos que Beigel denomina “Arieles”. Para ello, es importante considerar los diferentes estilos de formación disciplinaria entre la sociología y la ciencia política, así como la influencia de la formación doctoral en EE.UU., Europa, América Latina o Argentina.

En primer lugar, queremos señalar las diferencias de internacionalización y su relación con la adopción de metodologías. Esto se vincula con dos procesos de internacionalización diferentes entre sociólogos y politólogos. Como muestran Blanco y Wilkis (2018) en la elección de doctorados de 136 sociólogos con inserción académica de alto rango, el 37 por ciento realizaron sus doctorados en el extranjero y, de este grupo, Estados Unidos fue el lugar de elección del 9,8 por ciento,9 contra 52,9 por ciento de los países llamados “global central” (Francia, Gran Bretaña y Alemania), 21,5 por ciento en los denominados “central peripheral” (México y Brasil) y 13,7 por ciento en España.10 Esto se explicaría en parte por una menor influencia teórica general en las carreras y en un menor interés por América Latina de la sociología norteamericana si se compara con ciencias políticas. A raíz de esto, comparado con la ciencia política, habría menos lazos entre académicos, y por ende, es menor la posibilidad de tener mentores en dicho país, e información informal sobre los programas de doctorado. Ahora bien, ¿por qué influiría dicha trayectoria en la elección de metodologías? En relación con la preponderancia de la metodología cualitativa en quienes realizan sus estudios de doctorado en Argentina, hay factores ligados a la formación y a la práctica académica.

Como señalan Piovani (2014) y Blanco (2010), en su instancia fundacional en los años 50 con Gino Germani el proyecto de “Sociología científica” en oposición a la “sociología de cátedra” puso un especial énfasis en la metodología cuantitativa y en la vinculación con la sociología norteamericana. Sin embargo, en los años 60 comienza una oposición a esta tendencia, que imbricaba la crítica política contra la influencia norteamericana con la cuestión metodológica. Luego de la Dictadura Militar, la reconstrucción de la carrera de Sociología en la UBA y otras universidades, como en La Plata, tuvo un giro más cualitativo en los estilos de trabajo, en parte heredado de la crítica anterior, pero sumado a una situación de debate y podríamos decir cierto descontento o búsqueda metodológica en la sociología de América Latina. En rigor no es sólo un proceso local sino una de las consecuencias del fin del llamado “consenso ortodoxo”, como llamó A. Giddens (1987) a la predominancia de posiciones de inspiración positivista y de las filosofías de la ciencia natural en el campo de las ciencias sociales, que se hicieron extensivas en el período de segunda posguerra. Esta crisis llevo a un cuestionamiento de las metodologías cuantitativas en sociología y, como señala Piovani (2014), en el caso de América Latina se conjugó con voces locales que propusieron contrabalancear a la sociología de los países centrales, en especial a la de Estados Unidos (identificado con la metodología cuantitativa) una epistemología y, de algún modo, aproximaciones metodológicas propias. Esto tuvo un impacto en la enseñanza de metodología en América Latina, postula Piovani (2014), y una de sus consecuencias fue que dio lugar a una mayor adscripción a los métodos etnográficos, de gran desarrollo en las últimas dos décadas en la región.11 Podría preguntarse si la sociología norteamericana no participó de esta situación de “descontento metodológico”: la respuesta es que no o, en todo caso, si nos guiamos por el tipo de producción mayoritaria al revisar las publicaciones académicas, adoptó –o continuó manteniendo y aun profundizando– una utilización de métodos cuantitativos.

Asimismo, la inclinación por estudios de casos está ligada en gran medida a la lógica de las becas Conicet, el trabajo de tesis y la carrera del investigador que tienden a favorecer la realización de un proyecto individual con bajo financiamiento para el trabajo de campo. En este contexto, el estilo de trabajo habitual es la elección de un caso de estudio, cuya recolección de datos cada investigador pueda realizar por sí solo. No podemos aquí explicar por qué esta misma elección metodológica la realizaron quienes hicieron sus doctorados en el exterior, pero a todas luces la realización de doctorados en otros países no implicó una exigencia mayor de utilizar metodologías cuantitativas. En otras palabras, parece ser que la configuración de la mayor oferta de trabajos cualitativos en forma de estudios de caso no ha sido tanto el resultado de una estrategia deliberada sino el resultado de una conjunción de procesos. La misma nos lleva a esperar un predominio de los métodos cualitativos entre los sociólogos, y especialmente aquellos formados en Europa y otros países de América Latina.

En contraste, la ciencia política tuvo su origen institucional en el derecho con un énfasis teórico en la filosofía política. Sin embargo, la disciplina toma un giro empírico positivista con el impulso de la sociología política bajo el liderazgo de Gino Germani descripto más arriba. En ese contexto se crea la carrera de ciencia política en el Salvador y las de la Universidad del Rosario y la de la Universidad Católica de Córdoba. Ellas surgen con una vinculación más positivista vinculada a la ciencia política norteamericana, que tenía una trayectoria muy institucionalizada y estaba en el apogeo de los “estudios de área”, que la llevaron al análisis empírico de América Latina. Se suman en ese momento politólogos que venían de otras disciplinas, pero mayormente habían hecho sus doctorados en EE.UU. como Guillermo O’Donnell, José Nun, y Marcelo Cavarozzi (Murillo, 2015; Bulcourf y Cardozo, 2013; Bulcourf y Jolias, 2016). Al terminar la Dictadura Militar, la creación de la carrera de ciencia política en la UBA bajo la dirección de Edgardo Catterberg, también formado en EE.UU., explícitamente generó un modelo empírico con vinculación a EE.UU. a la vez que sumaba a la sociología política (D’Alessandro, Abal Medina y Leiras, 2015). Las primeras generaciones de graduados en democracia se encontraron con un país sin recursos u opciones de formación doctoral y varios optaron por la formación en el exterior (Malamud y Freidenberg, 2011). Las universidades norteamericanas tenían más recursos e interés en América Latina que sus pares europeos, especialmente aquellas que históricamente habían atraído a los graduados argentinos como Francia (Dabanne, 2010).

La influencia de la formación norteamericana en la ciencia política dado la existencia de la política latinoamericana como especialización se vincula a los intereses hegemónicos de EE.UU. pero genera asimismo redes formales e informales con la ciencia política en la región (Murillo, 2015). La especialización en la política latinoamericana, como la describe Pérez-Liñán (2010) se monta sobre incentivos disciplinarios que buscan generalizaciones explicativas de rango medio que son valoradas más que los trabajos descriptivos y al hacerlo generan incentivos para el trabajo regional y comparativo. Asimismo, la disciplina como tal establece incentivos profesionales para el empleo de técnicas de investigación cuantitativa que facilitan la inferencia causal que afectan a los que estudian América Latina en busca de publicaciones más prestigiosas, lo que también los lleva a la necesidad de considerar la literatura que refiere a otras regiones del mundo y no solamente a la región. Esto conduce a la valorización de la metodología por sobre la relevancia substantiva para la región tanto para Pérez-Liñán (2010) como para Murillo (2015) y para Luna, Schrank y Murillo (2014). Estas tendencias nos hacen esperar que la formación en EE.UU. estimule la utilización de la metodología cuantitativa analítica y al enfoque en estudios comparados, sean de nivel subnacional o internacional en busca de generalizaciones de alcance medio dentro de la ciencia política (y especialmente entre aquellos formados en EE. UU).

En función de esta literatura consideramos una serie de hipótesis referidas al estilo de investigación en función de la influencia internacional, la formación doctoral, y los incentivos disciplinarios:

Hipótesis 1: la formación doctoral en EE.UU. estimula la adopción de métodos cuantitativos y la elaboración de trabajos que buscan generalizar mediante el método comparado.

Hipótesis 2: la formación doctoral en Argentina genera incentivos contrahegemónicos, que disputan la hegemonía norteamericana en la ciencia mundial.

Hipótesis 3: las tendencias hegemónicas, emergentes de la academia norteamericana, serán más pronunciados en la ciencia política que en la sociología.

Hipótesis 4: los incentivos del Conicet y de la ciencia mundial empujan a todos los investigadores del sistema hacia la adopción de las metodologías y estilos de investigación dominantes.

Para evaluar estas hipótesis, los 760 trabajos recolectados con la metodología descripta fueron clasificados manualmente en función de criterios definidos por los investigadores con un análisis cruzado de los casos para obtener homogeneidad.12 Los mismos referían a metodología, tipo de estudio, y al alcance. La metodología incluye cuatro categorías: conceptual, cualitativa, cuantitativa con modelo estadístico o experimento –esto es, trabajos cuantitativos analíticos–, y cuantitativa con estadística descriptiva –es decir, cuantitativa descriptiva–. Los trabajos mixtos –o sea, aquellos trabajos que utilizan tanto una metodología cualitativa como cuantitativa– fueron codificados como “cuantitativos analíticos” cuando tenían modelos estadísticos, y fueron codificados como “cuantitativos descriptivos” en el caso contrario.

En segundo lugar, el alcance puede ser empírico donde las unidades de análisis son el foco de la investigación (incluso si las mismas son textos) o conceptual donde se discute un concepto teórico o metodología y solo se usan referencias empíricas para ilustrar al mismo. En efecto, en la categoría conceptual incluimos trabajos cuyo foco es el análisis de conceptos, desarrollos o discusiones teóricas y/o trabajos en torno a la obra de uno o más autores. Por último, el tipo de estudio también se definió en función de tres categorías que incluían conceptual, estudio de caso, trabajos comparativos y de muchas observaciones (large N). La categoría comparativa incluye distintas subcategorías; a saber, el análisis comparativo internacional (que involucra cualquier unidad de análisis ubicada en diferentes países o regiones de nivel subnacional, nacional o supranacional), el análisis comparativo subnacional (que involucra unidades geográficas de cualquier nivel al interior de un mismo país). Sólo consideramos que un estudio era comparativo cuando explícitamente había una comparación entre las unidades de análisis y no sólo la presencia de más de un caso, pero sin un desarrollo de la comparación entre los mismos. Asimismo, debido a su bajo número, sumamos a la misma la categoría large N que involucra muchas observaciones, pero sin comparación, en nuestros análisis. El Cuadro 1 resume las estadísticas descriptivas de los trabajos analizados y nos permite observar el predominio de la metodología cualitativa y los estudios de caso en detrimento de la influencia norteamericana por la generalización y los métodos cuantitativos analíticos.

Cuadro 1. Estadísticas descriptivas del corpus analizado (número de publicaciones y frecuencia)
Cuadro 1.  Estadísticas descriptivas del corpus analizado (número de publicaciones y  frecuencia)

Para evaluar la influencia de la formación doctoral y disciplinaria en el estilo de producción utilizamos estos trabajos como observaciones. Nuestras variables independientes son el país de formación doctoral y la disciplina del investigador. A partir de un análisis de regresiones logística, medimos la probabilidad de que un trabajo adopte una determinada metodología o tipo de diseño de investigación en función de dichas características de los investigadores que elaboraron los trabajos analizados. Es decir, utilizamos las publicaciones más citadas de los investigadores de Conicet en sociología y ciencia política para explorar el impacto del lugar de formación doctoral, y la disciplina sobre el estilo de trabajo, en particular en el diseño de investigación y la propensión a trabajar en coautoría y, luego, su relación con la comunidad científica utilizando como indicadores la cantidad de citas en los trabajos y la cantidad de veces que dichos trabajos son citados por otra/os académicos (en Google Scholar). Esta última característica nos permitiría medir el impacto sobre la comunidad científica como incentivos para la adopción de un estudio de trabajo entre un grupo de investigadores que comparten los criterios de evaluación impuestos por el Conicet.

En nuestro análisis mostramos que no es sólo el origen del doctorado ni la metodología adoptada lo que define el estilo de trabajo y la construcción de comunidad científica, sino que ambos efectos se adicionan. Respecto a nuestras expectativas, comprobamos que la formación doctoral en los EE.UU. aumenta la probabilidad del uso de metodologías cuantitativas y del método comparativo y que la formación europea favorece la adopción de metodología cualitativa y estudio de caso. En el caso de los doctorados en países periféricos de la región o Argentina, nuestras predicciones son mixtas. Por un lado, la literatura sugiere que la presión hegemónica de la comunidad científica norteamericana los moverá en una dirección similar a los que estudiaron en EE.UU., especialmente dados los mecanismos de evaluación del Conicet. Por el otro lado, la relativamente poca difusión de las metodologías cuantitativas en la formación de ciencias sociales, con excepción de ciencias políticas (Piovani, 2014)13 y la falta de recursos financieros para la investigación comparada sugieren que las tendencias debieran ser más similares a nuestras expectativas para aquellos formados en Europa, y especialmente en Francia.

En cuanto a nuestras variables de control, hemos incluido la edad del investigador (mencionada por Beigel), así como el número de publicaciones del investigador (como medida de productividad), y el número de coautores de los artículos. Los artículos en colaboración son solamente el 25 por ciento de la muestra, pero nos parece un indicador importante de la formación de comunidades científicas.14 Adoptamos, a los fines de nuestra investigación, una definición de comunidad científica: un grupo o red de científicos que comparten una constelación de técnicas, metodologías y corrientes teóricas, tengan o no relaciones cara o directas. Esta definición de acerca a la perspectiva de T. Kuhn para quien una comunidad científica era un grupo que compartía un mismo paradigma.15

En función de dichas variables, mostraremos que el debate sobre la hegemonía o no del sistema científico internacional sobre las ciencias sociales locales encuentra en nuestra investigación aristas novedosas. En relación con la construcción de comunidad científica, veremos tres tendencias importantes: una, la hegemonía de la metodología cualitativa y de los estudios de caso en ambas disciplinas; otra, la relación entre formación en EE.UU. y el uso de métodos cuantitativos analíticos; y una tercera, la relación entre estos métodos, la colaboración científica (medida en términos de coautores) y la mayor probabilidad de ser citados por otros.

3. Evaluando Nuestras Expectativas

Como muestra el cuadro 1, la metodología más frecuentemente utilizada por los investigadores de nuestra muestra es la cualitativa, representando un 54.87 % del total. A continuación, utilizamos un modelo multinomial logístico para ver cuáles variables tienen mayor relevancia para distinguir la elección metodológica de los investigadores. El análisis multinomial logístico permite medir el efecto de distintos covariados en la elección de un resultado que tiene múltiples categorías. En nuestro caso, tomamos como base la categoría más frecuente (metodología cualitativa). Cada categoría es comparada con la misma base, cualitativa, con los coeficientes describiendo el cambio en la elección de la metodología x comparada con la metodología cualitativa. Por ejemplo, la Tabla 2 muestra un cambio en


cuando el investigador se formó en Estados Unidos, indicando que la metodología cuantitativa es 5.9 veces más frecuente entre quienes se formaron en la academia norteamericana. Traducido a probabilidades, el modelo indica que un 19.95 % de quienes se formaron en EEUU utilizan métodos cuantitativos-analíticos comparados con un 3.75 % en el resto de la muestra. Nótese por consistencia que


aproximadamente 5.8 veces más frecuente como es indicado por


Una descripción visual de cómo interpretar los coeficientes de la Tabla 2 es presentada en la Figura 1, la cual muestra la probabilidad de que un investigador utilice una metodología cuantitativa condicional a su formación o no en EEUU. Los coeficientes en la Tabla 2, por tanto, muestran cuánto más frecuente es la metodología x en relación a la metodología cualitativa, condicional a cada covariado,


Figura 1: Probabilidad de Utilizar metodología cuantitativa condicional a si el investigador se formó en Estados Unidos.
Figura 1: Probabilidad de Utilizar metodología  cuantitativa condicional a si el investigador se formó en Estados Unidos.
Nota: Probabilidades obtenidas del Cuadro 2, Modelo 1, para estrategia cuantitativa-analítica.

El análisis de las publicaciones muestra que el impacto de la formación doctoral es clave en definir el tipo de metodología usada y el diseño de investigación. La principal influencia la produce la formación doctoral en EE.UU. que pesa más que elegir instituciones europeas, latinoamericanas o argentinas para la formación. Este impacto se observa a pesar de que los doctorados en el exterior son minoritarios incluso entre los investigadores del Conicet. En particular como se puede ver en el Cuadro 2, la formación en EE.UU. tiene un efecto estadísticamente significativo sobre la probabilidad de utilizar métodos cuantitativos que incluyan modelos estadísticos. Este tipo de metodología tiene una probabilidad menor de ser utilizada por los sociólogos, aunque el efecto no es significativo (Cuadro 2). Mientras que la edad del investigador no tiene ningún efecto sobre esta decisión metodológica, es relevante destacar que el número de coautores del artículo aumenta la probabilidad de utilizarla significativamente como se observa en los tres modelos del Cuadro 2. Los modelos del Cuadro 2 muestran que el uso de metodología cuantitativa analítica es más probable para los trabajos que tienen más coautores, lo cual no sucede con la metodología cualitativa ni con los trabajos conceptuales. El gráfico A.1 del apéndice también muestra que el aumento en el número de coautores correlaciona con una mayor probabilidad de utilizar la metodología cuantitativa analítica en la figura de la izquierda abajo. Es remarcable el contraste con el aumento en la probabilidad de utilizar la metodología cualitativa que está inversamente relacionado con el número de coautores. Es decir, que los artículos que usan métodos cuantitativos analíticos tienden a ser generados en colaboración y los cualitativos a ser producto del trabajo de un solo investigador. Este resultado se analiza más profundamente en el siguiente apartado.

La probabilidad de usar metodología cualitativa, que es la dominante como se ve en el Cuadro 1, no es sensible a la disciplina o el lugar de formación, sugiriendo que la hegemonía norteamericana no se impone ni siquiera entre los “Arieles” de la academia argentina. El uso de la estadística descriptiva es más probable entre quienes tuvieron su formación doctoral en Argentina, y está también correlacionado con el aumento en el número de coautores como se ve en el Cuadro 2. Es importante notar que el impacto de la formación en EE.UU. sobre la metodología cuantitativa analítica se siente principalmente sobre la ciencia política.

Cuadro 2. Modelos 1, 2, y 3. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro 2. Modelos 1,  2, y 3. Resultados de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es cualitativo.16 Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Como muestra el Cuadro 3, es mayor el porcentaje de politólogos formados en este país (15 por ciento) que el de sociólogos (6 por ciento), aunque los números absolutos son más altos para los sociólogos (13) que para los politólogos (7). La mitad de los sociólogos en la muestra tienen doctorados argentinos (103 investigadores) mientras que ese porcentaje cae al 30 por ciento para los politólogos (14 investigadores).

Cuadro 3. País de formación doctoral de los investigadores
Cuadro 3. País de formación doctoral de los investigadores
Nota: Un total de 17 investigadores tiene datos faltantes para la variable país de formación doctoral o bien porque la información disponible online sugería que no realizaron estudios doctorales, o bien porque la información disponible online no indicaba en qué país realizaron su doctorado; los mismos están incluidos en la categoría no disponible. Cabe destacar que dentro de la categoría resto de América Latina se incluye a México y a Brasil.

La ciencia política norteamericana ha estado dominada por los estudios cuantitativos con análisis estadístico, sean solos o en combinación con trabajo de campo e investigación cualitativa, así como por los trabajos comparativos sean internacionales o subnacionales, a los que nos referiremos a continuación. Como se ha descripto antes, la opción por la ciencia política norteamericana tiene que ver con la mayor trayectoria de esa disciplina en EE.UU. que en Europa y los recursos para la formación doctoral de extranjeros. Por su parte, como muestran Blanco y Wilkis (2018), la internacionalización de los sociólogos es en su gran mayoría hacia otros destinos diferentes a los de Estados Unidos. En cuanto a la ciencia política, D’Alessandro, Abal Medina y Leiras (2015) reconocen la influencia no solo de la formación sino también de las agendas de investigación de EEUU en la disciplina.

Es decir, la formación en la academia americana impacta sobre la opción metodológica cuantitativa y hacia los trabajos comparados, ya que provee recursos para la investigación empírica comparada y establece una cultura de investigación que premia el uso de metodologías complejas y de enfoques teóricos desarrollados para el estudio de otras regiones geográficas (Pérez-Liñán, 2010, p. 1). Tanto los trabajos comparativos como aquellos que usan métodos cuantitativos analíticos se ven vinculados en nuestra muestra a la colaboración con coautores. Sin embargo, como se observa tanto en la estadística descriptiva del Cuadro 1 como en el análisis logístico del Cuadro 2, la utilización de la metodología cuantitativa con modelos estadísticos es la excepción a la regla, ya que el trabajo cualitativo y el estudio de caso son las estrategias predominantes. Asimismo, nuestros análisis muestran que la formación en Argentina o en otro país que no sea EE.UU. no genera diferencias significativas respecto al estilo de producción científica. Es decir, si bien la formación en Argentina no crea una corriente contrahegemónica o peculiar a las condiciones contextuales, tampoco se acopla a la difusión de las tendencias dominantes en EE.UU. como sugiere parte de la literatura.

Al igual que en el Cuadro 2, los Cuadros 4, 5 y 6 realizan un análisis logístico multinomial. En cuanto al tipo de estudio realizado, el análisis presentado en el Cuadro 4 muestra un efecto significativo de la probabilidad de usar metodológica cuantitativa analítica sobre la elaboración de trabajos comparativos –el efecto es robusto en los tres modelos presentados–. El Cuadro 5 muestra también un efecto positivo para aquellos artículos que tienen una metodología cuantitativa descriptiva sobre la comparación. Por el contrario, los artículos con metodología cualitativa tienen una menor probabilidad de involucrar estudios comparativos o de large N como muestran los modelos del Cuadro 6. En los tres cuadros observamos también que los sociólogos tienen una menor probabilidad de realizar trabajos comparativos y de large N (significativa en todos los modelos). Finalmente, la formación en EE.UU. tiene un efecto positivo sobre la probabilidad de producir trabajos comparativos y de large N pero el efecto no es siempre significativo en los Cuadros 4-6. El efecto de la formación en Argentina no es claro ya que cambia de signo.

Cuadro 4. Modelos 4, 5, y 6. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro  4. Modelos 4, 5, y 6. Resultados de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es estudio de caso. Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Cuadro 5. Modelos 7, 8, y 9. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro 5. Modelos 7,  8, y 9. Resultados de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es estudio de caso. Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Cuadro 6. Modelos 10, 11, y 12. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro 6. Modelos 10,  11, y 12. Resultados de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es estudio de caso. Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

En cuanto a las variables de control, la producción de trabajos comparativos y de large-N esta correlacionado con un mayor número de coautores (aunque el efecto no es siempre significativo) como se ve en los Cuadros 4 a 6. Finalmente, el número de publicaciones del investigador tiene un signo negativo (aunque no siempre significativo) sobre la probabilidad de producir trabajos comparativos y de large-N en los Cuadros 4 a 6. Asimismo, vale la pena notar el impacto de las variables estudiadas sobre los trabajos conceptuales (recordemos que la categoría base sobre la que se compara es estudio de caso, que es la predominante). El único efecto significativo en todos los modelos es que los mismos tienden a no ser colaborativos ya que el número de coautores tiene un efecto negativo que se mantiene en todos los modelos.

En resumen, un primer análisis sobre el tipo de trabajo realizado por los investigadores del Conicet en sociología y ciencia política sugiere la predominancia de los estudios de caso y la metodología cualitativa. La excepción a la regla la hacen los trabajos comparativos y de large N, los que también están más vinculados a la probabilidad de usar métodos cuantitativos y al trabajo colaborativo. Entre los trabajos cuantitativos distinguimos a los cuantitativos analíticos (que involucran modelos estadísticos) de los descriptivos (que utilizan estadística descriptiva) y vemos que los primeros están asociados a la formación del investigador en EE.UU. Dicha formación también favorece la producción comparativa o de large N. Finalmente, encontramos un efecto importante de la colaboración para la producción de los trabajos que usan métodos cuantitativos analíticos (Cuadro 2) o tienen la comparación o el large N como estilo de producción (Cuadros 4 a 6). En el siguiente apartado investigamos este efecto como medida de la relación entre los investigadores y su comunidad científica.

4. Elección metodológica y relación con la comunidad científica

Nos preguntamos también si la adopción de una determinada metodología influye en la relación con la comunidad científica, no solamente en lo que hace al trabajo colaborativo sino también en cuanto a la referencia del trabajo por otros colegas. Para medir este impacto nos centramos no solamente en el número de colaboradores sino también en la probabilidad de que esos trabajos sean citados por otros, a partir de la búsqueda en Google Scholar. Buscamos aquí explorar si hay patrones comunes respecto a la tendencia a la colaboración, y el impacto de los trabajos en función de la metodología de los artículos analizados. La pregunta es cuál es la relación entre elección metodológica y la comunidad científica de los investigadores. Consideramos que la colaboración científica es una manera de expandir comunidades intelectuales, pero también lo es el impacto del trabajo en las citas por otros colegas.17 En efecto, el trabajo en coautoría es un indicador de algún tipo de relación de trabajo previa y eventualmente futura, así como el impacto de un trabajo en otros investigadores va configurando en el interior del campo académico afinidades temáticas y/o teóricas que pueden ir cimentando desde la continuidad de las citaciones en trabajos posteriores hasta distintas formas de comunicación, contacto y hasta colaboraciones futuras. Controlamos estos efectos analizando la edad de los investigadores como un proxy por la etapa en la que están en su carrera científica (trayectoria) y la cantidad de referencias que tienen los trabajos analizados.18

Cuadro 7. Coautores, referencias y citas por otros (modelos con efectos fijos por investigador).
Cuadro 7. Coautores, referencias y citas por otros  (modelos con efectos fijos por investigador).
Nota: La categoría base/omitida es cuantitativo descriptivo. Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

El Cuadro 7 presenta las regresiones multivariadas con efectos fijos por investigador/a ya que tenemos tres artículos por cada uno/a. Los efectos fijos por investigador controlan por las características personales de los mismos mientras que la edad al momento de publicar considera condiciones más generales como el momento de su carrera.19 En primer lugar, el modelo 13 muestra que los artículos cuantitativos-analíticos tienden a presentar un mayor número de coautores en comparación con los artículos cuantitativos descriptivos (la categoría omitida o de referencia). Manteniendo las restantes variables independientes constantes, la cantidad de coautores tiende a aumentar en aproximadamente un 23 por ciento para los artículos cuantitativos analíticos, en comparación con los cuantitativos descriptivos.20 Este resultado es robusto a las distintas especificaciones del modelo e incluso la inclusión de modelos con efectos aleatorios, que es presentada en el Cuadro 8.21

En cuanto al análisis de referencias, el modelo 14 –con efectos fijos por investigador– indica que, en comparación con los artículos cuantitativos descriptivos, un artículo conceptual tiende a presentar una mayor cantidad de citas a otros, lo que es de esperar ya que en general estos artículos se basan en análisis de la literatura. En comparación con los artículos cuantitativos descriptivos, la cantidad de citas a otros tiende a aumentar en aproximadamente un 21 por ciento para los artículos conceptuales, manteniendo lo demás constante. Sin embargo, esta asociación no es robusta a las distintas especificaciones del modelo ya que el coeficiente pierde significancia estadística en los modelos con efectos aleatorios presentados en el Cuadro 8.

El impacto del artículo en la comunidad científica, en función de cuántas veces es citado por otros es analizado en el modelo 15 del Cuadro 7, que también presenta efectos fijos por investigador. Tanto los artículos conceptuales como los cuantitativos analíticos tienen efectos positivos y estadísticamente significativos indicando que son más citados que los artículos cuantitativos descriptivos. La cantidad de citas por otros tiende a aumentar en aproximadamente 21 por ciento para los artículos conceptuales ceteris paribus; sin embargo, esta variable no alcanza significancia estadística en los modelos con efectos aleatorios del Cuadro 8. Por otra parte, la cantidad de citas por otros aumenta en aproximadamente un 41 por ciento para los artículos que usan metodología cuantitativa-analítica, comparando con los artículos cuantitativos descriptivos. No hay diferencias significativas en términos de impacto en citas entre los artículos que tienen metodologías cuantitativa descriptiva o cualitativa. En conclusión, el Cuadro 7 nos dice que un mismo investigador –independientemente de su lugar de formación doctoral– tiene una cantidad distinta de citas por otros dependiendo de cuál sea la metodología que utiliza. De manera relevante para nuestro análisis, este resultado es robusto a distintas especificaciones del modelo ya que los modelos con efectos aleatorios también muestran una asociación positiva y estadísticamente significativa entre el uso de metodología cuantitativa analítica y la cantidad de citas por otros.

Cuadro 8. Coautores, referencias y citas (modelos con efectos aleatorios).
Cuadro  8. Coautores, referencias y citas (modelos con efectos aleatorios).
Nota: La categoría base/omitida es cuantitativo descriptivo. Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

La inclusión de modelos aleatorios en el cuadro 8 permite incluir variables independientes que se mantienen constantes a lo largo del tiempo, tales como EEUU, Sociólogo, Argentina, y Número de Publicaciones. Como muestra el modelo 19, la variable Sociólogo está positiva y significativamente asociada con el número de coautores en comparación con los politólogos. La cantidad de coautores aumenta en aproximadamente un 16 por ciento en los artículos escritos por sociólogos. Respecto al modelo 20, cabe destacar que el coeficiente de EEUU es positivo y estadísticamente significativo: manteniendo lo demás constante, la formación doctoral en Estados Unidos está asociada a un aumento de aproximadamente 26 por ciento en la cantidad de citas a otros. Asimismo, el modelo 21 muestra una asociación positiva y estadísticamente significativa entre la variable EEUU y la cantidad de veces que los artículos son citados por otros. Es importante señalar que este efecto se mantiene, aunque estamos controlando por la metodología cuantitativa analítica que también tiene un efecto positivo y estadísticamente significativo. Así, la formación doctoral en Estados Unidos tiende a prácticamente duplicar la cantidad de citas por otros, tal vez reflejando comunidades científicas más extensas respecto al dialogo intelectual que establecen los artículos analizados y en línea con los incentivos definidos por Pérez-Liñán (2010). El coeficiente de cuantitativo-analítico, que también es positivo y estadísticamente significativo en este modelo, reflejaría entonces el impacto de metodología, independientemente del lugar de formación de los investigadores, sugiriendo que ambas variables ejercen una influencia sobre la cantidad de veces que los artículos son citados por otros. Estos efectos sugieren que la formación doctoral en EE.UU. y la adopción de métodos cuantitativos, tienen un impacto importante sobre las citas de los trabajos y por ende su impacto en las comunidades académicas más extensas.

En el Cuadro A.5, incluido en el apéndice, controlamos por el impacto de la formación doctoral en Argentina y el número de publicaciones del autor/a del artículo en cuestión. Esta última variable –el número de publicaciones– puede considerarse como un indicador de prestigio o trayectoria científica, por lo que es esperable que tenga un efecto positivo sobre la probabilidad de ser citado por otros. Encontramos que el número de publicaciones está positiva y significativamente asociado con el número de coautores. Además, el modelo 24 muestra que si bien el número de publicaciones tiene una correlación positiva y significativa con el aumento en la cantidad de citas por otros, la formación doctoral en Argentina tiende a reducir la cantidad de citas por otros en forma significativa, y en contraste con lo que ocurre con los doctorados en EE.UU.

5. Contextualización de las Tendencias Observadas

¿Cuáles son, en resumen, nuestros hallazgos y qué explicaciones tendrían? Como intentamos mostrar a lo largo del texto, haberse doctorado en Estados Unidos es más probable para los politólogos, y a su vez, aumenta las posibilidades de utilizar una metodología cuantitativa analítica, y de hacer estudios comparativos y múltiples casos. Respecto a la relación con la comunidad científica, adoptar una metodología cuantitativa analítica, aumenta la probabilidad de colaboración y de ser citados por otros; es decir, expande las redes de producción y el impacto de los artículos entre los colegas. Más importante, los efectos derivados de la metodología cuantitativa analítica en un artículo no están supeditados a tener un doctorado norteamericano, ya que se mantienen cuando se controla por esta variable. Si bien la metodología cuantitativa descriptiva aumenta la probabilidad de realizar estudios comparativos y de múltiples casos, no tienen el mismo efecto en relación a su impacto en citaciones por otros. Por otro lado, ambos abordajes metodológicos tienen menor probabilidad de realizar estudios de casos, que son la estrategia dominante entre los artículos producidos por los investigadores del Conicet.

En cuanto a quienes realizan métodos cualitativos, el origen del doctorado puede ser variado, aunque es más probable que no sea en instituciones norteamericanas. Esta metodología también aumenta la probabilidad de que los trabajos se basen en estudios de casos, que tengan menos coautores, y que sean menos citados por otros (al menos según Google Scholar). Nuestra pregunta inicial sobre la formación encuentra un fuerte efecto para la minoría con doctorados norteamericanos, pero no hay mucha diferencia entre el resto de los doctorados. Los doctorados en Argentina son predominantes y reducen el impacto de los artículos en cuanto a citas por otros, además de asociarse con la metodología cualitativa y los estudios de caso. Es decir, si bien encontramos que la formación norteamericana empuja a la adopción de métodos cuantitativos y de estudios comparativos (Hipótesis 1) y que esa influencia es mayor en la ciencia política (Hipótesis 3), predominan los estudios de caso y los métodos cualitativos en contraste con las expectativas de la Hipótesis 4 sobre la imposición de una hegemonía mundial entre los Arieles del Conicet. Sin embargo, no podemos llegar a inferir que esto es una estrategia intencional de contrahegemonía como sugiere la Hipótesis 2.

En la segunda parte de nuestro estudio exploramos el impacto en la comunidad científica que tienen los trabajos cuantitativos analíticos y encontramos que tienen un mayor número de citas, aunque este efecto no parece generar más incentivos que empujen hacia ese tipo de producción. En función de estas tendencias disciplinarias es interesante preguntarse por qué la metodología lleva a un determinado estilo de trabajo –la cualitativa está más asociada con el estudio de caso y la cuantitativa analítica con los trabajos comparativos– así como a diferentes patrones de relación con la comunidad científica en cuanto a colaboración e impacto en cuanto a citas. Sobre estos temas podemos esbozar hipótesis para futuros trabajos de investigación. Es posible en primer lugar señalar un tipo de trayectoria académica más esperable: los que realizan trabajos cuantitativos analíticos (aunque puedan producir otros), más allá de si se doctoraron o no en Estados Unidos, es más probable que sean politólogos, que realicen estudios comparativos y de múltiples casos, lo cual tiene sentido con el estilo de trabajo ligado a la metodología elegida: es decir, hay relación directa entre esta metodología y el tipo de estudio. Ahora bien, ¿por qué tienen los artículos con dicha metodología más colaboradores y más citas?

Sugerimos, a modo de hipótesis, que la coautoría se ve favorecida por el trabajo en equipo con una metodología que facilita la división de tareas (a modo de ejemplo: si se realiza o trabaja con una encuesta, entre quienes se ocupan de la muestra, los modelos, el análisis). Por lo demás, en muchos casos se trata de datos no necesariamente producidos por los propios autores como sucede en el trabajo cualitativo. Así, el tipo de análisis cuantitativo favorece un análisis explicativo compartido, al menos si se lo compara con el trabajo cualitativo. En efecto, los datos de los estudios de caso suelen ser recogidos por el mismo investigador y el análisis de datos de corte más interpretativo es más arduo de ser compartido con otros: su interpretación suele tener un margen de elección personal mayor que el análisis de tendencias cuantitativas y de resultados de modelos.

En relación con el mayor número de citas, sugerimos que este tipo de artículos son más factibles de publicación en revistas internacionales, en inglés o en otros idiomas, como el español, pero que siguen sus lineamientos y que para lograr dicha publicación tengan que imbricarse en la comunidad intelectual que estudia estos temas facilitando la creación de redes y literatura compartida. Asimismo, estas publicaciones tienen mayor difusión por su acceso a través de bases de datos como JSTOR o Google Scholar. Por el contrario, los estudios de caso, por su misma focalización en alguna temática o sitio específico, tienden a difundirse en una comunidad intelectual más específica. Además, es más habitual que se publiquen en el circuito de revistas académicas argentinas, descriptas por Beigel y Salatino (2015) en su estudio sobre las revistas de ciencias sociales y humanas como locales con poca o nula repercusión internacional, sólo publicadas en papel, sin indexación y con distribución restringida. Ellas también mencionan un subgrupo de revistas académicas locales con buena indexación (lo que incentiva la publicación para los investigadores del Conicet) pero con baja visibilidad local e internacional, lo que reduciría el impacto en cuanto a citas.

Puede ser asimismo que la combinación de metodología cuantitativa con el alcance comparativo de los trabajos genere interés en mayor número de investigadores que buscan referencias sobre un tema para enmarcar sus trabajos. El efecto positivo aunque no robusto de las citas a los trabajos conceptuales apuntaría también en esa dirección: la búsqueda de conceptos para analizar las propias investigaciones. Por contrapartida, los trabajos cualitativos y estudios de caso serían menos citados. En efecto, es posible que al ser trabajos focalizados en un tema específico sean más reducidas las posibilidades de conexiones con distintas temáticas (si se compara con los trabajos conceptuales) y esto explique que sean menos citadas. Los trabajos cuantitativos descriptivos también son menos citados, y creemos que esto puede deberse a que analizan bases de datos específicas que suelen diseminarse más entre expertos de las mismas temáticas, pero no de modo más general. En conclusión, nos parece importante señalar estas hipótesis sobre las condiciones que afectan al impacto de los trabajos en función de su alcance y metodología como futuras áreas de investigación. En particular, dado el impacto de los trabajos cuantitativos analíticos sobre la comunidad científica en términos de citas, nos parece relevante analizar su influencia subsecuente sobre las generaciones más jóvenes, especialmente en un contexto de recursos escasos y mayor competencia para la carrera científica en Argentina.

Conclusiones

Nuestra contribución al debate es encontrar más heterogeneidad que la esperada por Beigel entre los “Arieles” del Conicet, en línea con Baranger y Niño (e/p) y con Piovani (2018). Por otra parte, igual que este último, encontramos que la metodología predominante es la cualitativa y el tipo de diseño de investigación, el estudio de caso. Nuestra muestra, sin embargo, es más grande que la de Piovani y representa las publicaciones con mayor impacto en número de citas de todos los investigadores del Conicet. Es decir, los trabajos con mayor reconocimiento intersubjetivo siguen siendo los cualitativos y estudios de caso. Esta tendencia se reduce para la ciencia política y para la obra de aquellos formados en EE.UU. en línea con argumentos de una mayor internacionalización de la ciencia y del predominio del modelo de las ciencias duras como argumenta Beigel. Asimismo, la producción minoritaria de trabajos con metodología cuantitativa analítica encuentra un mayor impacto en cuanto a su referencia por otros autores.

Nuestra investigación provee elementos novedosos en la discusión sobre la tendencia a la hegemonía académica y lo hace a partir del reconocimiento intersubjetivo, que no había sido hasta ahora trabajado por otras investigaciones en esta línea. Cuatro son las conclusiones centrales. En línea con los trabajos de Piovani (2018) y Baranger y Niño (e/p), se muestra que la hegemonía del IMRAD no es una tendencia uniforme ni evolutiva: no influye en la cantidad de producción ni tampoco en el reconocimiento de los pares. De este modo, el campo local se diferencia de otros circuitos periféricos, claramente polarizados, como el de los países árabes (Egipto, Siria, Palestina, Jordania y Líbano) que estudia Hanafi (2011). Él distingue una elite que publica globalmente en inglés, pero perece (perish) localmente y otro grupo que publica localmente en árabe, pero perece globalmente. La estructura institucional es una de las claves explicativas. Nuestro caso es más híbrido y, en parte, la existencia de Conicet es un factor explicativo, así como de un campo académico local con relativo desarrollo. También gravita la existencia de un número importante de revistas, alrededor de 500 sólo en Argentina (Beigel y Salatino 2015), mientras que, por ejemplo, Bamyeh (2015) en su estudio sobre las ciencias sociales en 22 países del mundo árabe, encuentra en total 217 publicaciones.

Esto ubica en el centro de nuestro trabajo los requerimientos, o mejor dicho el impacto de la elección metodológica en el estilo de trabajo y la construcción de comunidad. La elección metodológica influye en el estilo de trabajo, como es esperable, pero lo interesante es que el estilo de trabajo lleva a un tipo de construcción de comunidad científica, aunque no de un único modo. Al fin de cuentas, hay una trayectoria académica esperable, que podría coincidir con los requerimientos internacionales: adopción de métodos que incentiven la colaboración y de publicaciones que promuevan o exijan citar más (por el tipo de temas, por los estándares, por la referencia a comunidades de expertos extensas) y esto colabora en un desarrollo de carrera que construye comunidad. Pero también el tipo de conocimiento producido parece ser más apropiable por otros colegas. O sea, hay una configuración entre redes y conocimientos deseables por los pares. Ahora bien, esta no es la única carrera posible ni la única forma de vincularse con la comunidad científica. También los que producen trabajos conceptuales son muy citados, como se dijo, quizás por un efecto de la producción de conceptos que suele ser más apropiables por otros que realizan, por ejemplo, estudios de casos.

En tercer lugar, no necesariamente la construcción de comunidad y el reconocimiento intersubjetivo sea un incentivo suficiente para modificar el estilo de producción. Por un lado, no necesariamente los actores tengan esta información: esta es la primera investigación que lo muestra. Por el otro, no es el único incentivo para realizar un tipo de trabajo la cantidad de veces que uno es citado y tampoco se modifica de manera tan simple el estilo de trabajo: son afinidades, formaciones y trayectorias. Pero es cierto que este trabajo muestra cómo las distintas metodologías tienen implicancias importantes en los estilos de trabajo y en la construcción de comunidades.

¿Será esta una forma de construcción de hegemonías que no ha sido hasta ahora analizada por quienes se interesan en los procesos de internacionalización de los estándares científicos y sus resistencias? Sin duda hay aquí una línea de indagación a profundizar: si aceptamos que para resistir a una tendencia que quiere ser hegemónica es preciso realizar alianzas y reforzar comunidades, los que realizan trabajos cualitativos, pueden ser más, pero sus lazos son más débiles que los que se adscribirían más firmemente a las tendencias hegemónicas. Si esto es así, habría un llamamiento para revisar y, posiblemente, adoptar, parte de los lineamientos del campo hegemónico, no necesariamente para seguir sus abordajes metodológicos, pero sí algunos de los requerimientos de las publicaciones que favorecen el reforzamiento comunitario.

Apéndice

Gráfico A.1. El impacto del número de coautores sobre la metodología del artículo
Gráfico A.1. El  impacto del número de coautores sobre la metodología del artículo
Nota: El gráfico está basado en el modelo 3 del Cuadro 2.

Cuadro A.1. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro A.1. Resultados de  regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es cualitativo. Errores estándar robustos clusterizados por investigador en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Cuadro A.2. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro A.2. Resultados de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es estudio de caso. Errores estándar robustos clusterizados por investigador en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Cuadro A.3. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro A.3. Resultados  de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es estudio de caso. Errores estándar robustos clusterizados por investigador en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Cuadro A.4. Resultados de regresión logística multinomial.
Cuadro A.4. Resultados de regresión logística multinomial.
Nota: La categoría base/omitida es estudio de caso. Errores estándar robustos clusterizados por investigador en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

Cuadro A.5. Coautores, referencias y citas (modelos con efectos aleatorios).
Cuadro A.5. Coautores, referencias y citas (modelos  con efectos aleatorios).
Nota: La categoría base/omitida es cuantitativo descriptivo. Errores estándar en paréntesis, *** p<0,01, ** p<0,05, * p<0,1.

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Notas

1 Para la realización de esta investigación contamos con un subsidio del Institute of Latin American Studies (ILAS) de la Universidad de Columbia, a quien agradecemos. También a Fernanda Beigel y Juan Ignacio Piovani por sus comentarios y sugerencias mientras realizábamos la investigación, así como a los dos evaluadores anónimos, cuyas indicaciones nos fueron de gran utilidad para la versión final del texto.
2 El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) es un ente autárquico dependiente del Ministerio de Educación (al momento de realizar la investigación dependía del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva que fue transformado en Secretaría en el año 2018 y pasó a depender de dicho Ministerio), y está destinado a promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología en ese país. Es la institución científica más importante del país y de Latinoamérica por el número de investigadores que nuclea. Su creación se remonta a la década del 50 y se compone de más de 700 establecimientos entre Centros de Investigación, Laboratorios, e Institutos. Según los últimos datos consultados, el CONICET financia actualmente más de 16.000 científicos entre investigadores, becarios y personal de apoyo. Su actividad se desarrolla en cuatro grandes áreas: Ciencias Agrarias, Ingeniería y de materiales; Ciencias Biológicas y de la Salud; Ciencias Exactas y Naturales y Ciencias Sociales y Humanidades. Esta última área se subdivide en disciplinas como derecho, ciencias políticas, relaciones internacionales, lingüística, literatura, filosofía, psicología, ciencias de la educación, historia, antropología, arqueología, geografía, sociología, demografía, economía, ciencias de la gestión y administración pública, entre otras. Dicha área agrupa a casi el 20 % de los recursos humanos, investigadores y becarios. El CONICET financia becas para estudiantes doctorales y la Carrera del Investigador Científico. Se accede a dicha Carrera a través de distintos procesos de selección por pares, según las vacantes existentes cada año. La/os investigadores seleccionados realizarán sus actividades ya sea en universidades o en centros de investigación dependientes del CONICET (para una historia del desarrollo científico en el Conicet ver Bekerman, 2015).
3 Nuestras unidades de análisis son los trabajos producidos en el campo, por lo cual nos concentramos en la producción académica y no en las trayectorias profesionales de la/os investigadora/es. La decisión de elegir tres artículos fue la generación de una muestra suficientemente extensa para el análisis pero que nos permitiría la clasificación de los casos. Al buscar los tres artículos más citados de cada investigador estamos incluyendo la obra de todos los investigadores independientemente de su grado de reconocimiento o etapa de su trayectoria.
4 El indicador que utilizamos es el número de citas en Google Scholar. Reconocemos las limitaciones de esta fuente, así como los sesgos que el mismo implica, como son las diferencias en el número de citas de académicos mujeres, jóvenes, y en comunidades menos vinculadas al ‘mainstream’ (Jensenius et al., 2018). Para minimizar estos sesgos, la mayoría de nuestros análisis explotan diferencias entre artículos publicados por un mismo autor (modelo de efectos fijos).
5 Beigel, Gallardo & Bekerman (2018) muestran que en contraste con la dedicación exclusiva a la investigación que caracteriza al Conicet, entre los docentes de universidades públicas solamente el 15 por ciento registra actividades de investigación y el 10 por ciento tiene doctorado. Asimismo, las actividades de investigación están concentradas en cinco universidades: la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de La Plata, la Universidad de Córdoba, la Universidad de Rosario y la Universidad de Tucumán. Además, un tercio de los investigadores de Conicet en Ciencias Sociales y Humanidades trabaja en la Universidad de Buenos Aires, un tercio se graduó en la misma universidad y otro tercio se doctoro allí mismo (Beigel, 2017, pp. 14-15).
6 Galassi (2013) estudia artículos de cientistas sociales de 5 países latinoamericanos y encuentra una presencia creciente entre 1993 y 2012 de artículos de ciencias sociales en revistas incluidas en WOS y en Scielo. La presencia argentina es marginal, por lo cual no puede establecer tendencias (citado en Beigel y Salatino, 2015).
7 Cabe destacar que en este artículo se codifica a los investigadores como sociólogos o como politólogos utilizando las categorías del Conicet: aquellos investigadores que pertenecen al área “Sociología, Comunicación Social y Demografía” fueron codificados como sociólogos, mientras que los investigadores que pertenecen al área “Derecho, Cs. Políticas y Relaciones Internacionales” fueron codificados como politólogos. En esta última área excluimos a los investigadores de Derecho, por pertenecer a otro campo académico, pero mantuvimos a los de Relaciones Internacionales, dado que en el caso argentino tanto su formación de grado y en muchos casos de posgrado son muy cercanos o comparten el mismo campo que la Ciencia Política. En la primer Comisión, no se realizaron exclusiones: quienes realizan estudios demográficos contemporáneos en Argentina suelen tener formación y presencia en el mismo campo que la Sociología y en el caso de la Comunicación, los investigadores que están en la Comisión realizan trabajos muy cercanos a la Sociología de la Comunicación o en diálogo con ella.
8 La Carrera del Investigador Científico se divide en 5 categorías, a saber: Asistente, Adjunto, Independiente, Principal y Superior. La promoción de una categoría a otra se realiza luego de una evaluación de pares en distintas instancias y pasado un tiempo de permanencia en la categoría. En el momento de realizar nuestra investigación el grueso de los investigadores se concentraba en la categoría Asistente. En nuestra investigación tomamos desde la categoría Adjunto a Superior y excluimos a los investigadores Asistentes, dado que en esta categoría se encuentran los investigadores más jóvenes y por ende con menor trayectoria académica. Presupusimos que desde la categoría Adjunto era más probable que haya mayor difusión de la producción y, por lo tanto, mayor conocimiento intersubjetivo. Utilizamos el listado proporcionado por Conicet sobre la producción de dichas categorías en las Comisiones de Sociología y Demografía y de Ciencias Políticas, Derecho y Relaciones Internacionales. El mismo se encuentra también disponible en https://www.conicet.gov.ar/
9 Entre 1984 y 2007 se graduaron 3079 sociólogos de la UBA (Blois, 2012), y según Blois (2012) y Rubinich y Beltrán (2010) un 20 por ciento están insertos en la academia (citado en Blanco y Wilkis, 2018).
10 Es significativo, como muestran Blanco y Wilkis (2018) que a lo largo de la carrera este mismo universo aumenta más sus lazos con Estados Unidos (17,5 por ciento lo elige para estancias recientes), aumenta también México y Brasil (al 25 por ciento) y disminuye Alemania, Francia y Gran Bretaña.
11 Uno de sus indicadores son la profusión de libros sobre métodos etnográficos y la presencia de etnógrafos en las materias de metodología en la formación de posgrado. Por ejemplo el libro de R. Guber, El salvaje metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo, consigna casi 1500 citas en Google Scholar y es uno de los textos más habitualmente citados en las tesis de sociología en el apartado metodológico.
12 Hay 16 casos en los que dos coautores integrantes de la muestra cuentan con un mismo artículo entre sus tres más citados; hay 1 caso en el que tres coautores integrantes de la muestra cuentan con un mismo artículo entre sus tres más citados.
13 En rigor Piovani (2014) se focaliza en la formación metodológica a nivel de doctorados en ciencias sociales, pero entendemos que sus conclusiones podrían extenderse también a la formación de grado en la mayoría de las universidades del país.
14 Dado que el número de coautores de los investigadores tiene una distribución que crece exponencialmente, transformamos ambas variables usando el logaritmo natural. Para evitar eliminar observaciones con cero coautores, sumamos una unidad a todas las observaciones i.e. lnCoautores=log(coautores+1).
15 A los fines de esta investigación nos era de utilidad una concepción comparativamente restringida de comunidad científica en la cual se haga hincapié en afinidades en los estilos de investigación, tal como se define en el texto, en lugar de las nociones que abarcan a toda/os la/os científicos de una determinada disciplina.
16 Los modelos presentados son robustos ante distintas especificaciones, incluyendo clusters por investigador así como la alternación de variables independientes.
17 Dado que el número de autores citados en artículos tiene una distribución que crece exponencialmente, transformamos ambas variables usando el logaritmo natural.
18 El Conicet tiene límites de edad para el ingreso a distintas categorías, lo que refuerza nuestra confianza en el uso de este indicador como proxy de la etapa de la carrera científica.
19 Presentamos en el apéndice los mismos modelos calculados con con errores standard clusterizados por investigador y los resultados mantienen su significancia estadística para las variables explicativas analizadas.
20 Cuando la variable dependiente está especificada de manera logarítmica –log(y)–, el cambio porcentual exacto en la variable y a partir del cambio en una unidad en una variable independiente X2 puede obtenerse a partir de la siguiente fórmula: 100*[exp(β2) - 1], donde β2 es el coeficiente correspondiente a X2 (Wooldridge, 2013, p. 192).
21 Por otra parte, la edad al momento de publicar tiene un impacto cuadrático y significativo sobre el número de coautores en el modelo 13, con efectos fijos por investigador. Sin embargo, este resultado no es robusto a las distintas especificaciones del modelo: ambos coeficientes –el correspondiente al término lineal y el correspondiente al término cuadrático– pierden significancia estadística en los modelos con efectos aleatorios.

Recepción: 19 de diciembre de 2018

Aprobación: 27 de mayo de 2019

Publicación: 12 de diciembre de 2019

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